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Diva Criado
Viernes 09 de octubre de 2020 - 12:00 PM

El debate

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A menos de un mes de las elecciones presidenciales norteamericanas, el primer debate electoral entre el presidente republicano Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden, es prueba fehaciente de la división que atraviesa el país.

Para quienes vimos el debate, los temas agendados, economía y COVID-19, quedaron en un segundo plano, los agravios personales fueron los protagonistas. La frase, “cállate hombre” de Biden a Trump, se oyó varias veces, por las interrupciones a Biden, y al moderador Chris Wallace.

Y es que el debate en Cleveland, fue en mi opinión, un espectáculo que superó todas las expectativas. Se esperaba que el objetivo de Trump, durante el encuentro, fuera apabullar a Biden, pero a los pocos minutos del inicio, quedó claro que planeaba hacerlo, pero interrumpiéndolo constantemente.

Se dijeron de todo, menos bonito. De los momentos más tensos fue cuando Biden, acusó a Trump de faltarle al respeto al Ejercito, cuando en privado, se refirió a soldados estadounidenses muertos en combate como “perdedores y tontos”; cosa que Trump negó. A cambio, atacó a los hijos de Biden. El demócrata respondió casi gritando, que su difunto hijo, Beau Biden, muerto en combate en Irak, “No era un perdedor, era un patriota”.

Pero, si Biden, quería cuestionarle a Trump, el escándalo del impago de impuestos para desfavorecer su candidatura, no será por este debate. El candidato demócrata, dijo a Trump, que pagaba menos impuestos federales que los maestros de escuela. El presidente respondió cuestionando la inteligencia de Biden, que se salió de la ropa, llamó a Trump, “mentiroso y payaso”, el “peor presidente de la historia” de USA; el inquilino de la Casa Blanca aseguró, que él, ha hecho más por su país en tres años y medio de gobierno, que Biden con más de cuarenta años en política.

Evidentemente, ninguno ganó el debate. La discusión enfrascada en mutuas acusaciones, impidieron el desarrollo de propuestas fundamentales como el manejo de la pandemia, inmigración o desempleo; Sin embargo, las encuestas de los últimos meses dan como ganador a Joe Biden. Los movimientos raciales y la pandemia, marcan esta campaña electoral, la crisis sanitaria es un duro revés para la apuesta reeleccionista de Trump, a quién las encuestas dan como perdedor desde hace meses.

No es para menos, un presidente que se define entre el amor y el odio, que divide al país, que insulta a su rival, que ataca a la prensa y a la oposición, acusándolos de todos los males; también es aplaudido por muchos seguidores, que creen, que ha traído bienestar económico, aunque muchos nos preguntemos: ¿A quién?

Será interesante observar, qué tan movilizados están los sectores que pueden ser decisivos en estas elecciones: los inmigrantes, los movimientos raciales, los jóvenes, las mujeres (#MeToo). Los demócratas que aspiran a esos votos, inconformes con el vaivén de las políticas presidenciales fortalecidos a la luz de las matanzas en escuelas, atropellos policiales y movimientos feministas.

Todo lo anterior, marcado por el “inesperado” -muchos dudan del diagnóstico positivo de Covid-19 de Trump-, una situación que su equipo de campaña vio como una oportunidad para que la opinión pública, lo vieran con empatía. Por su experiencia personal, aclarara que la enfermedad es un asunto serio, se disculpara por minimizarla, en cambio tuiteó: “No tengan miedo al Covid. ¡No dejen que domine su vida! Se olvidó, que él como presidente, recibe la mejor atención médica, el norteamericano de a pie, no. Pregunto, qué pensarán los familiares de los muertos por la pandemia en USA.

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