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Diva Criado
Viernes 13 de agosto de 2021 - 12:00 PM

El peligro de ser negacionista

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Los científicos llaman negacionistas a quienes rechazan resultados que, por sustentarse en evidencias contrastables, forman consenso en la comunidad científica. Al tiempo, los negacionistas rechazan la validez del calificativo, llamándose escépticos, acusando a sus críticos de censura.

En la ciencia, también hay apóstatas con notables credenciales académicas que desafían el conocimiento generalmente aceptado, pese a las evidencias. Que no estaría mal, sino influyeran en los que carecen de tal discernimiento.

Las hipótesis alternativas que proponen los negacionistas declarados forman un amplio abanico. Cuestionan desde el creacionismo y la teoría de la evolución, hasta el cambio climático y la existencia del coronavirus.

Sin embargo, la pandemia y el cambio climático, están dándoles grandes lecciones. Las evidencias marcan la pauta.

No hay que ir muy lejos, el calentamiento global es un hecho notorio. Mientras los científicos encuentran la actividad humana causante de sus males, los negacionistas consideran que es un patrón natural de oscilaciones cíclicas, incluso cambios en el sistema climático transmitido a través de la atmósfera, teorías que podrían ser válidas para la ciencia. El problema es, que, no tienen evidencias para sustentarlas. El negacionista siembra dudas, desprecia las premisas: “No existe el problema, o de existir, el causante no es la humanidad”.

Desde el inicio de la pandemia, presumían de manejar información privilegiada sobre datos económicos y sociales, incluso de medicamentos para controlarla. Se volvieron virales en las redes sociales las noticias falsas, con mensajes que desorientaron a mucha gente, que terminaron creyéndose el cuento; también, pusieron en entredicho a las instituciones de salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene en su plantilla a científicos serios y estudiosos, fue una víctima del escéptico Donald Trump, negacionista declarado. En plena pandemia, le quitó el apoyo financiero, alegando incompetencia en su manejo. Mandatarios escépticos como Jair Bolsonaro, Brasil, o López Obrador, México, despreciaron la opinión científica de médicos y epidemiólogos, calificándola de “fantasiosa”.

El caso del manager de pilotos, Jorge Lis, de 46 años, negacionista del Covid y anti vacunas furibundo, es patético. Su hermana, compartió el mensaje de WhatsApp enviado por él, antes de entrar en coma, en una columna de opinión del diario de Levante: “Tengo miedo Elena, que por haber sido un cafre ahora no podamos frenar esto. Esta semana ha sido de golpe una de mis mayores lecciones de vida... Ojalá me hubiera vacunado”.

Cuando le ofrecieron la vacuna se negó rotundamente, trato de convencer a su familia y se enfureció al enterarse que vacunaron a su madre de 84 años. A mediados de julio, enfermó, se complicó y debió hospitalizarse, pero antes, alistó maleta, echó computador, libros y videos, creyó que iba de retiro. Lleva varios días en la UCI, entre la vida y la muerte.

Personas como Jorge hay muchas. Menos mal que la ciencia no cesa en su empeño de seguir salvando vidas. Es verdad que vacunarse es una opción personal, pero creo que no hacerlo, es desafortunado. El virus sigue expandiéndose y matando gente, especialmente jóvenes que aún no reciben la vacuna.

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