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Diva Criado
Viernes 13 de marzo de 2020 - 12:00 PM

Intervalo II El campo

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Continuando la segunda parte de la columna anterior, la pregunta es obligada ¿Por qué Colombia, con instituciones públicas más avanzadas, sectores empresariales más pujantes que Bolivia, Guatemala, Ecuador o República Dominicana, está en la cola de los países de América Latina como uno de los más pobres?

La CEPAL presentó en noviembre pasado su informe anual denominado “Panorama Social en América Latina”. Colombia ocupa el cuarto lugar con una tasa de pobreza extrema del 7,2%; México lidera el listado, seguido de Bolivia, segundo, y Ecuador, tercero.

El informe argumenta que el aumento de la pobreza está en el desplazamiento interno, concluyendo que, en la región, la desigualdad es estructural, por un afianzamiento de lo que ellos llaman “la cultura del privilegio”.

No es caprichoso el deshonroso cuarto lugar. El desplazamiento del campo a las ciudades es un fenómeno que nos afecta desde hace décadas, aumentando los cordones de miseria en las capitales, esto, sumado a una red de infraestructura vial ineficiente; a la cultura del miedo, debido al secuestro por la ausencia de Estado, contribuyen a la crisis del campo, convirtiéndolo en caldo de cultivo para grupos al margen de la ley.

Visitando la zona rural del Municipio de Sabana de Torres, se encuentran vías terciarias intransitables, literalmente trochas; abundan las carreteras en mal estado, así como las que siguen inconclusas a pesar de los años.

Sorprende como en algunos municipios, todavía, aran la tierra con bueyes; la tecnología no llega, los altos intereses y las dificultades para acceder a créditos, insumos, maquinaria y equipos, es un privilegio de pocos. Increíble que un tractor cueste más que la finca.

Acrecienta la crisis, la poca modernización en la explotación agraria, pésimas vías de acceso, transporte caro, así como la baja comercialización de productos, hacen que los campesinos, prefieran perder la cosecha o dejarla para consumo doméstico, que salir a venderla, ya no se ven esas hectáreas de tierra con cultivos de sorgo, arroz, maíz y algodón, ahora, todo es importado ¡Que lastima!

No es casualidad que el mal estado de la red vial pasara factura al país, aumentando los costos de productividad y dejando en la miseria a tantos campesinos. En los informes sobre competitividad, así como en el índice que realiza el Foro Económico Mundial, la economía colombiana se ubica en la posición 110 entre 137 países.

El campo es el motor que mueve la economía de un país. En Europa, por ejemplo, las políticas agrarias apuntaron a la transformación de sus estructuras, beneficiando a los agricultores y empresas agrarias. La modernización técnica, social y ambiental son una prioridad para los gobiernos. En el país, la solución es compleja, pero, aún así, la agricultura puede consolidarse como un sector competitivo, generador de riqueza. Resulta indispensable para frenar la despoblación que ya comienza a notarse en el campo, también puede ayudar en la lucha contra el cambio climático, que tanta falta nos está haciendo.

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