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Diva Criado
Viernes 19 de febrero de 2021 - 12:00 PM

Las científicas de la NASA

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Meritorio el aporte científico que mujeres y hombres desarrollan en la NASA, haciendo posible descubrir las complejidades del Universo. La más famosa de todas sus misiones antes del “Rover” Perseverance, fue el viaje a la luna en 1969. Una proeza tan increíble en aquella época que todavía mucha gente cree que fue una puesta en escena rodada en un estudio de Hollywood.

El aporte científico de las mujeres en aquel tiempo fue de Katherine G. Johnson, una matemática de investigación de la NASA, fallecida a los 101 años en febrero del 2020. Ayudó a ampliar las fronteras, mientras forjaba enormes esfuerzos y avances que abrieron las puertas a otras mujeres y personas negras en la búsqueda de explorar el espacio. Su dedicación y habilidad como matemática contribuyó a llevar al hombre a la luna. Pero antes, hizo posible que los astronautas dieran los primeros pasos en el espacio que ahora continúan el viaje hacia Marte.

Entró a la NASA en 1935, época en la que no contrataban mujeres, para que hiciera la tediosa labor de medir y calcular los resultados de las pruebas del túnel del viento. El título de la ocupación era “computadoras”. Durante la Segunda Guerra Mundial decidieron incluir a más mujeres, inclusive afroamericanas, ninguna latina.

Pero los tiempos cambian, el aterrizaje del “Rover” Perseverance, el vehículo más grande y sofisticado enviado a Marte, analizará rocas, ensayará como fabricar oxígeno, tomará muestras y fotos en alta resolución, es el resultado de perseverancia y dedicación de un equipo de mujeres y hombres, en el que hay varios latinos. Científicas como Adriana Ocampo, Diana Trujillo, Jessica Samuels, Christina Díaz Hernández, entre otras.

El evento trasmitido por la agencia espacial a través de sus canales oficiales, incluyó una emisión en español, que tradujo con lujo de detalles la colombiana Diana Trujillo, directora de vuelo laboratorio de propulsión a chorro de la NASA. Su descripción del aterrizaje del Perseverance y, los aplausos del equipo congregado en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, fue realmente emotivo.

Es entendible, por qué en aquel lugar hubo gritos de júbilo, puños apretados y decenas de aplausos. Muchos advertían de antemano que se trataría de una tarea especialmente compleja.

Emotivas también, las declaraciones del director de la NASA en funciones, Steve Jurczyk, después del aterrizaje: “Qué equipo tan increíble. Ha superado todas las adversidades, además de los retos que ha supuesto el Covid-19. Esta misión personifica el ideal humano de la perseverancia y nos ayudará a prepararnos para la exploración de Marte que hagamos los humanos en la década de los años 30.

Pero estar en primera línea de la NASA a las científicas les ha costado lo suyo, la increíble historia de Diana Trujillo es un ejemplo a seguir. Dejó su Cali natal a los 17 años, para probar suerte en el país norteamericano. En el 2007 se convirtió en la primera mujer latinoamericana en llegar a la NASA, pero para llegar allá y poderse costear los estudios, sus primeros trabajos los realizó como empleada doméstica. Esos ingresos fueron el sostén que le permitió estudiar ciencias del espacio en el Community College –de Miami Dade-. Cuenta en una entrevista que concedió hace poco, que su sueño de llegar a trabajar en la entidad sin saber inglés sonaba ridículo y fuera de lugar.

Lidera las iniciativas de la Dirección Científica de la NASA, lanzada para destacar las aportaciones de la comunidad latina a los proyectos de la agencia espacial más importante del mundo, bajo el lema “No importa de dónde provengas, con trabajo duro y perseverancia puedes cumplir tus sueños”.

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