La historia demuestra que las naciones y regiones que han experimentado un desarrollo significativo han sido aquellas en las que el sector público y el empresarial se han unido y compartido responsabilidades y objetivos.
Preocupados por el futuro de nuestras regiones, cada vez están más afectadas, queremos preguntarnos sobre el perfil que esperamos de los candidatos que hacen fila para hacer un “buen gobierno”. Que no suban a saquear ni hacer politiquería (algo ingenuo de pedir) y al fin ganen los buenos y no los malos como en las películas de Hollywood. Tener la suerte de distribuir por ejemplo, los recursos para las vías terciarias destruidas no solamente por el invierno, sino por la desidia de sus gobernantes. Los “libertadores” de ese pueblo al que llenan de cerveza haciéndoles creer que esta vez sí van a traer su resurrección económica, esa que nunca llega, los viven explotando. Ni llega la educación que los ate a la tierra, esa que aman.
El formulario tiene algunas preguntas:
1. ¿Por qué quiere ser candidato?
2. ¿Cuál es su perfil para creerse un buen candidato?
3. ¿Ha hecho su “fortuna” con el trabajo como Dios manda: “con el sudor de su frente”?
4. ¿Nos va a mostrar su declaración de renta (la verdadera)?
5. ¿Si no cumple su programa se aferra a su cargo como hacen todos?
6. ¿Defenderá el agua o dejará que se la lleven ahora que es negocio en Wall Street y que el cambio climático se acerca como un Apocalipsis amenazante?
7. ¿Le podemos preguntar: es buen padre o buena madre?
8. ¿Permitiría que se le realice un examen psicológico para lograr conocer su verdadera personalidad, si algo esconde turbio como lo hacen cualquier empresa con sus empleados?
9. ¿Qué tan auténtica es su vida, la que le ha tocado vivir?
10. ¿Nos mostrará su modelo de gobierno, sus relaciones con el ciudadano, ese que anda en la calle tras esperanzas que nunca se le cumplen?
11. ¿Gobernará con esas víboras politiqueras, esos que se creen herederos legítimos usurpando los principios democráticos?
12. ¿Trabajará honestamente y no recibirá ningún regalo que lo enriquezca y que lo desvíe de su función de buen gobierno a la manera del doctor Francia en el Paraguay?
13. Y por último: ¿Será capaz de renunciar si no cumple?
Bolívar murió y hasta el mismo San Martín, en la pobreza. Ese ejemplo heroico es el que debe seguirse. Ellos se convirtieron en modelos de imitar. Bolívar murió con camisa prestada y San Martín con su hija en Francia en una modesta vivienda.