¿Nos gusta a los colombianos el heroísmo? En El Quijote, Cervantes dibujó ese talante heroico. Para nombrar este deseo de “hacer algo grande”.
¿Todavía tenemos esa atracción por “la épica colectiva y personal”? Vivimos en un país violento y mentiroso, con un gran número de arribistas y emergentes sociales. Miles de asesinatos desde líderes políticos hasta campesinos inocentes cubren nuestro paisaje. Guerras ideológicas, la del narcotráfico, la de la corrupción, pero sobre todo esa guerra contra la ineptitud que hemos ido perdiendo. Nos podemos preguntar: ¿cómo hemos llegado hasta aquí con un país destrozado por el odio y con cientos de caudillos (políticos, jefes de bandas que actúan como caudillos, saqueadores del tesoro público, en fin una inmensa jauría a los que les importa un pito los ciudadanos). ¿Hemos llegado a pesar de toda esa incertidumbre por la actitud heroica? Las personas comunes y corrientes siguen como héroes aún sabiendo que su futuro seguirá siendo difícil.
Seguimos incansables, sin sentir nuestras propias derrotas y las de muchas generaciones que luchan con inteligencia para construir su propio y legítimo destino.
Cada 7 de agosto celebramos nuestra independencia y seguimos encandilados buscando la paz y olvidándonos de las guerras civiles que han afectado al país.
Sin embargo, ¿esta Colombia es la misma de ese modelo que no nos deja encontrar la democracia y un cierto bienestar social? Hoy en día, nuestros líderes deben buscar las condiciones suficientes para construir una nueva manera pacífica y armoniosa de vivir.
Debemos, para seguir viviendo como colombianos, superar esos profundos traumas que todavía se incrustan en lo profundo de nuestra historia.
Los aullidos patrióticos, llamando a la lucha de siempre, seguirán escuchándose como ladridos de odio. Esto no pasa. Esos líderes deben ser responsables y apostarle desde todos los rincones de Colombia por el encuentro y no seguir dejando sangre y dolor. Ni la guerrilla ni las “fuerzas oscuras” deben seguir jalonado la “política”.
¿Será que algún día como muchos países acabaremos el odio, el narcotráfico y la corrupción? Ese será nuestro heroísmo. No permitamos que la ineptitud nos siga gobernando así nos tilden de idealistas como tildaron a Galán.
Nota: Esa ineptitud es la del Carrasco y sus 16 alcaldes que solo hacen rogativas.
