Luego de provocar un gran revuelo con sus procaces declaraciones plagadas de acusaciones hacia la campaña proselitista del...
La magia del agua
“Padre, Dígame qué le han hecho al río, que ya no canta, que resbala como esos peces que murieron bajo un palmo de espuma blanca”, canta Juan Manuel Serrat.
Lo mismo podemos decir del Río de Oro que pasa por nuestras narices y frente al cual no hacemos nada mientras se llena de deshechos de todo tipo.
Su agua viene del páramo, a 3400 metros, pura, feliz y cristalina, y arrastra en su camino oro mientras pasa por Piedecuesta antes de llegar a Girón, donde tomó su bello nombre gracias a esa riqueza de la que nació el mismo pueblo. Ese río que antes dio tanta riqueza está ahora abandonado y sus aguas llenas de basuras. Nadie, ni los alcaldes, ni las autoridades ambientales ni la misma comunidad lo socorre. Los años de quererlo han pasado. Corre solitario y abandonado porque ya prestó servicio a la codicia. “Padre, el río ya no es el río”.
Los problemas humanos son de muchos tipos, pero uno de los peores es el ecológico, que al final acabará con nosotros. Un ejemplo es el del Río de Oro, que está totalmente muerto y no tiene ni peces ni aves (excepto el noble chulo). Y lo peor es que no hacemos nada. Ni la lluvia lo limpia y nadie lo lamenta, lo ven como un problema ajeno. Ningún político de la región habla de su recuperación ni habla de revivirlo nuevamente. El agua, no lo olviden, es Dios corriendo.
La recuperación del Río de Oro debe estar en el programa del próximo Gobernador (así como el agua de toda la región). Proyectos de recuperación de cuencas y bosques, que vuelvan a los árboles seres sagrados otra vez y que transformen las corporaciones politiqueras que dejan deteriorar todo sin inmutarse. Sembrar árboles de jojoba y de ceibas barrigonas en el Cañón del Chicamocha. Hacerle senderos y rechazar el cemento en las construcciones. Haciéndolo más hermoso Santander se salva.
De paso sería bueno conocer los programas de los próximos candidatos a la Gobernación y sus ideas con respecto a nuestras fuentes de agua. ¿Qué programas tienen para los pueblos sin acueducto? El agua debe ser la prioridad porque así también se salva al campesino nuestro. Sin ellos no somos nada. “Padre, dígame qué le han hecho al río...”.