Durante las últimas décadas, la prensa ha sido considerada el cuarto poder y ello se debe no solamente a que su función social...
¿Qué le pasó a Bucaramanga?
Esa ciudad conocida como “La ciudad de los parques”, “La ciudad más cordial de Colombia”, “La ciudad bonita” “La ciudad universitaria”, ¿esa ciudad qué se hizo? ¿Dónde se perdió? ¿Qué camino cogió?
En los últimos períodos, la ciudad ha carecido de políticas públicas que construyan tejido social y sentido de pertenencia entre los barrios y entre su población. Se ha ido imponiendo “el sálvese quien pueda” poco a poco hasta que ahora se hizo ley gracias a un alcalde viajero y distante. La ciudad empeora sus problemas porque no hay cultura ciudadana ni empleo y sí mucho subempleo, basuras, inseguridad, violencia, microtráfico, desorden, falta de autoridad y corrupción, según lo dice la Procuraduría (a la Fiscalía no se le cree), así como respetables columnistas y concejales que no reciben prebendas. Esa es la Bucaramanga en que vivimos acorralados porque hay sectores tomados por la delincuencia (al general (r) Manuel Vásquez, lo quemaron en ese ejercicio inútil de protegernos).
La sensación es que el señor Alcalde está en una nube y que no le interesan las realidades y dificultades de los ciudadanos. Él está pendiente de cosas distintas, como los negocios, los viajes y las fiestas.
Las denuncias sobre obras no lo sacuden ni a su nube llegan los lamentos del bumangués (cuando se posesionó nos prometió entregarnos una ciudad donde valiera la pena vivir). Esa calidad de vida se perdió. No estamos mintiendo, las encuestas lo demuestran. Faltando 7 meses para terminar su mandato uno puede apreciar que todo quedó a medias, todo fue humo. No se tomó en serio ni tomó con responsabilidad su mandato. Ya no tiene tiempo para cambiar la ciudad. Ni un parque, ni un árbol sembrado en los 400 años de la ciudad. Ni una avenida ni un hospital. Todo quedó en la superficie inútil de su mandato alegre.
La gente ya solo espera que pase su tiempo como tiene que pasar una fiebre. Se asoman muchos candidatos, es la democracia, pero queremos otro modelo de alcalde que busque no la felicidad de un grupo, sino la transformación de la mente del habitante de Bucaramanga, que reclama y añora volver a los principios primigenios. No más gobernantes que vivan en las nubes.