lunes 06 de febrero de 2023 - 12:00 AM

Renovar la vida

Hay que amar la vida como la aman y la amaron muchos, con pasión y ternura, como la amó Lord Byron, heroicamente, con voluntad, con rebeldía, más como figura que como poeta, o como amó Moisés a su pueblo, o como ama una madre o un padre a sus hijos. Como Zorba que grita vida y pasión. Amarla como la aman esos seres que estén donde estén no dejan de conmoverse con las desdichas humanas y alegrarse con sus dichas sencillas. Amar debe ser nuestro propósito porque amar prolonga la vida y la dicha se torna como una piedra filosofal. Mantiene jóvenes a las personas. Como Bolívar, como Nietzsche, como los santos y santas (no todos), como esa infinidad de seres de paz que no pasaron a la historia, pero que amaron como los más grandes corazones. “Más vale una onza de paz que una tonelada de victorias”, dicen los sabios judíos.

El árbol, las aves, el cóndor, el puma fuerte y solitario, el halcón y el águila, la tórtola, el azulejo, la manada de pericos, la flor, la tierra y la lluvia: todo en la naturaleza tiene ritmos astronómicos y carece de egoísmo, y es digno de ser amado. Ojalá pudiéramos alejarnos de la barbarie y del ilimitado orgullo de todos esos seres de la guerra que no aman la naturaleza, como Putin y tantos otros que destruyen y destruyeron sin el menor escrúpulo maravillosas ciudades y seres humanos que estaban en el medio de sus intereses. O como los de la guerra de aquí, fratricidas que todavía nos rondan como una maldición. Aquí en nuestro país las únicas heroicas fueron y son las víctimas y los campesinos y ciudadanos que han querido oponerse al desenfreno del poder y la barbarie. Seres humanos que no tienen armas, sino el sereno valor de la inteligencia.

En nombre del odio, en Colombia se ha degollado, se han violado mujeres, robado, incendiado y exterminado familias. ¿Por qué motivo? Por la sencilla razón de que eran diferentes. Evitemos hacer como aquellos que han llevado adelante la barbarie, amemos esta vida, amemos a los otros, al planeta, a nuestra región y a nuestro páramo imponente y solitario en las alturas que nos da una de las mejores aguas de todo la amada tierra.

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Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia Liberal no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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