No acaban los santandereanos de reponerse del impacto profundo que deja en el ánimo una noticia trágica cuyos protagonistas...
El ferrocarril es esencial
Las nuevas generaciones de la región no piensan en el sistema de transporte férreo como una alternativa de progreso, pues no lo vieron, no lo disfrutaron y por lo tanto no se han detenido a pensar en la importancia que tiene para el desarrollo.
Han crecido viendo trepar los automóviles, así como los buses y camiones, por nuestras encumbradas peñas que llegan por serpenteadas y delgadas carreteras hasta los páramos, en lo que a veces parece ser una auténtica proeza.
Esta la razón por la cual no han caído en la cuenta de que nuestro sistema de transporte es antitécnico y no se compagina con las expectativas de la economía, pues los tramos se hacen más largos y el esfuerzo de las máquinas conlleva un mayor desgaste, así como un elevado consumo de combustible.
Lo paradójico del asunto, es que los llamados miembros del radicalismo en el siglo XIX, sí contemplaron esta alternativa de transporte y lucharon incansablemente por materializarla. En nuestra región Aquileo Parra hizo aprobar la ley 69 de 1871, que después defendió como una fiera cuando le correspondió ser ministro de Hacienda y posteriormente como presidente de la República.
Su proyecto era conectar el centro del país con las regiones altas de Cundinamarca, Boyacá y Santander, para salir después al río Magdalena, de tal manera que fuera posible continuar la conectividad con la Costa Atlántica.
El proyecto alcanzó a realizarse en buena parte: el tren condujo de Bogotá hasta Barbosa, y a su vez se construyó el tramo de Bucaramanga a Puerto Wilches, quedando pendiente el trayecto de Barbosa a Bucaramanga, que quedó plasmado en los planos, con las rutas identificadas, pero luego de muerto Aquileo Parra, no lo sucedió ningún doliente, hasta el punto de que la clase dirigente regional también lo olvidó.
El ingeniero Jaime Suárez Díaz ha recuperado esa información y la tiene disponible para que ojalá los dirigentes de hoy la retomen, sobre todo cuando se habla ya en todo el país de la necesidad de recuperar el sistema férreo como instrumento efectivo de desarrollo, y frente a los cuales se les ha agregado el sistema de trenes de cercanías, para integrar las principales áreas metropolitanas del país en una modalidad de transporte masivo de pasajeros.
Desgraciadamente nuestra región permanece dormida frente a esta alternativa, y si no la trabaja con prontitud, significará un marginamiento imperdonable, que le pasará una enorme cuenta de cobro al sistema productivo regional.
El potencial de conectividad, atado a un sistema multimodal, será lo que señale el potencial de las regiones para poder estas en capacidad de asumir los retos del futuro.