martes 21 de noviembre de 2023 - 12:00 AM

Eduardo Muñoz Serpa

De la destrucción de Jerusalen a Gaza

En los últimos milenios, entre los pueblos del Cercano Oriente, ha habido abultada cantidad de conflictos. La destrucción y genocidio que padece hoy la franja de Gaza, tiene su opuesto histórico sucedido dos mil años antes. Veamos.

En el año 73 a N.E., Herodes (rey de Judea) pidió al Imperio Romano hacer de Judea un territorio vasallo de Roma, para no ser sometidos por el Imperio Parto, o Persa, o Iranio. Por ello Pompeyo se tomó tales tierras, sometiéndolas a influencia romana.

150 años después, en el 68 N.E., en la levantisca Judea, pululaban las rebeliones contra Roma, potencia que envió cuatro legiones al lugar con la orden de lograr una victoria absoluta contra los judíos, la destrucción de Jerusalén y sus murallas.

En Judea había dos bandos armados, contrarios entre sí: los Zelotes y los Sicarios (llamados así por el puñal que portaban, la sica).

Las legiones romanas con arietes, rampas, torres de asedio, sitiaron a Jerusalén. Semanas después cayó la primera muralla, fue destruida la Ciudad Nueva y los judíos se replegaron a la segunda muralla.

Durante semanas los romanos atacaron la segunda muralla, lograron tumbarla y calle tras calle, enfrentaron emboscadas judías.

Comenzó luego el sitio a la tercera muralla, la Ciudad Alta, la fortaleza Antonia y el Gran Templo. Los judíos cavaron túneles bajo el lugar donde los romanos situaron sus rampas y torres de asedio; el piso cedió, muchos romanos murieron, pero flaqueó la fortaleza Antonia y cayó. Luego, los romanos arrasaron la Ciudad Alta.

La resistencia judía en el Gran Templo duró meses. Terminó cuando un incendio devoró la edificación y sus cimientos. Solo quedó en pie una pequeña sección de un muro del Templo, que hoy, dos mil años después, es “el muro de las lamentaciones”, lugar donde van los judíos a orar.

Así cayó y fue destruída Jerusalén por una potencia europea, Roma. Hoy, dos mil años después, en un nuevo episodio de la milenaria lucha geográfica, religiosa, política, racial, el papel de los romanos lo hacen los judíos y el de los judíos, lo representa un pueblo que en los últimos cien años ha pagado los platos que no ha roto, los palestinos.

Con la caída de Jerusalén en septiembre del año 70 N.E., comenzó la diáspora judía que duró dos mil años. Hoy, desgraciadamente, vivimos la diáspora palestina.

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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