Ella es bogotana, tiene 37 años; el, 39, es medellinense. Sus vidas han sido muy distintas.
A ella tempranamente le atrajo la política y por su entorno académico, social y profesional pudo prematuramente acercarse “al curubito” electoral.
El se crio en la Comuna 3 de Medellín, entre milicias, sicarios, paramilitares y combos. Tempranamente entendió que tenía que destacarse académicamente, terminó bachillerato a los 14 años, entró a estudiar Ingeniería Química en la Universidad Nacional pero su madre murió, debió dejar la universidad y volverse vendedor ambulante mientras por sí mismo aprendió a diseñar software.
Ella estudió en el Colegio Los Nogales de Bogotá y cursó Derecho en la Universidad de Los Andes.
Él, tras tres años como vendedor ambulante fue admitido a Ingeniería Electrónica en la Universidad de Antioquia, pero no tuvo dinero para matricularse.
Ella, siendo estudiante, colaboró en la campaña presidencial de Álvaro Uribe, es “furibista” y siendo universitaria comenzó a trabajar en la Presidencia.
El, finalmente accedió a la universidad, vivió de dar clases y creó una microempresa de software. En 2010 fue el Ejecutivo Antioqueño del año.
Ella fue cónsul en Nueva York y allí cursó una maestría en Columbia University.
Él se costeó una especialización en Finanzas en Los Andes, un diplomado en Harvard y un MBA en Boston University. Regresó a Bogotá, creó el “Movimiento del tomate”, colaboró en la campaña de Santos Calderón y fue viceministro de las TIC.
Ella trabajó en la campaña electoral de Iván Duque, es Secretaria Privada de la Presidencia y será la primera Jefe de Gabinete.
Él es candidato a la alcaldía de Medellín, tiene alta intención de voto, emulando al candidato uribista. Le inventaron que es bogotano, no paisa, que es “agente” de Petro.
Son María Paula Correa y Daniel Quintero. Ellos y Juanita Goebertus (35 años) representan la nueva generación de políticos.
Ojalá el aire viciado del medio no los contamine.
