martes 14 de marzo de 2023 - 12:00 AM

El oscuro futuro de Bucaramanga

Lo que desde hace tiempo se sabía que pasaría, desafortunadamente sucedió. Metrolínea S.A. está en quiebra, figura societaria que desde hace algunos años la Legislación colombiana conoce con la denominación de Liquidación Judicial. Es decir, ha terminado la posibilidad de que siga desarrollando su actividad empresarial y, en adelante, todo en ella se encaminará a la liquidación de sus operaciones, será su representante legal aquel a quien las autoridades judiciales designen como Liquidador y su tarea es terminar los actos y contratos pendientes al momento de su disolución, hacer un detallado inventario de sus activos y pasivos, luego vender sus activos para pagar sus pasivos externos e internos y, finalmente, se extinguirá la personalidad jurídica de la empresa.

Así, no puede ocurrir lo que oí decir a un despistado periodista en una emisora; según él, Metrolínea tiene que cambiar de nombre para poder seguir operando. Esa afirmación desorienta a la audiencia y es incorrecta. Metrolínea, al ser disuelta y entrar en procedimiento de liquidación, no puede seguir en el mundo empresarial como no sea para llevar a cabo las actividades que son necesarias para su liquidación patrimonial.

Eso es muy grave para el presente y el futuro de Bucaramanga. Si los gobernantes de la ciudad y del área metropolitana no tienen un serio y lúcido programa para implementar y llevar a cabo un inteligente sistema de transporte masivo urbano en los municipios que integran el área metropolitana de Bucaramanga, ni tal ciudad, ni Floridablanca, ni Piedecuesta, ni Girón, tienen futuro.

El momento no es para hacer escándalo diciendo que actuarán, es demostrar qué plan tienen para que el sistema de transporte masivo urbano no se hunda en ese mundo de caos que es el viejo y contaminante sistema de transporte público que deambula por las calles intoxicando el aire de nuestros municipios, sumado al oscuro y pantanoso transporte informal que hunde a las ciudades en el mundo más siniestro que podamos imaginar.

No deben surgir soluciones mágicas expuestas con elocuente habilidad electoral sino inteligentes y viables soluciones que resistan todas las pruebas ácidas a que sean ellas sometidas. ¡Dios nos lleve de la mano pues hay muchos siniestros intereses electoreros buscando protagonismo y bastantes amigos de pescar en río revuelto!

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Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia Liberal no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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