martes 21 de febrero de 2023 - 12:00 AM

El transporte público en Bucaramanga

La aguda crisis que vive Bucaramanga en materia de servicio de transporte público urbano masivo de pasajeros se pone en evidencia en cualquier esquina de la ciudad. De Metrolínea solo quedan los agónicos estertores de lo que fue la gran esperanza de que el añejo atraso que tenemos en materia de tal tipo de servicio público tuviera solución. Fracasó y, “mientras tanto”, las autoridades municipales y del área metropolitana decidieron regresar a los destartalados y contaminantes buses que paran cada media cuadra, congestionan el tráfico y son probablemente el peor problema que tiene una ciudad que está colapsada por la incapacidad de sus gobernantes para solucionar los problemas más álgidos que ella padece.

Bucaramanga, en este 2023, en materia de transporte urbano masivo de pasajeros, volvió a lo que tuvo hace 100 años, en 1923, cuando la empresa de buses urbanos TransColombia dio al servicio la primera ruta de transporte masivo de pasajeros que tuvimos, “Chapinero – San Mateo”.

Hace 19 años, el 26 de julio de 2004, se expidió el documento Conpes 3298 que dio vida al “Sistema integrado de servicio público urbano de transporte masivo de pasajeros del área metropolitana de Bucaramanga”, que consideraron era la panacea que solucionaría tan crítico problema... ¡Y no sirvió! La rueda de la historia giró hacia atrás y hoy regresamos a los atestados y antihigiénicos buses que recorren las calles de la ciudad generando “trancones”.

¿Cuánto durará Bucaramanga con ese lastre que ha entorpecido sobremanera la movilidad por sus vías vehiculares? Nadie responde a esa pregunta y no hay noticia alguna de que se esté haciendo un estudio serio de cómo resolver el gravísimo problema que es Metrolínea, lo que demuestra la incapacidad de quienes se dicen dirigentes y gobernantes de nuestra ciudad, mientras las vías presentan el desolador espectáculo de “trancones” y ese esperpento que dejó el ingeniero Rodolfo Hernández, al que pomposamente llamó “ciclovías”, y son una sonrojante vergüenza a la vista de propios y extraños.

La solución no puede ser volver a atrás, a un sistema de transporte público masivo de pasajeros creado para la Bucaramanga de 1923, cuando la ciudad tenía cerca de 30.000 habitantes, y hoy se aplique para las cerca de 1’200.000 personas que viven en el área metropolitana de Bucaramanga.

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Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia Liberal no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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