Publicidad

opinion/columnistas/eduardo munoz-serpa
Lunes 13 de febrero de 2023 - 12:00 PM

Estamos preparados para lo que puede ocurrir

Compartir
Imprimir
Comentarios

La región de Santander está ubicada en la cordillera oriental, que es parte de la cordillera de los Andes. Según científicos tales como Andrés Mora, doctor en Geología de la Universidad de Postdam (Alemania), es un sistema montañoso joven, muy activo, que está en su adolescencia, en proceso de crecimiento.

El territorio colombiano está influenciado por tres grandes placas tectónicas: Nazca, Caribe, Cocos, sumado ello a muchas fallas como la Santa Marta - Bucaramanga y estamos, posiblemente, en una añeja zona de subducción (inserción de una placa tectónica debajo de otra). A eso hay que agregar que residimos en el Nido Sísmico de Bucaramanga, uno de los más activos que hay en el planeta. ¡Ahí vivimos!

Así, es poca cualquier política y medida que se tome para prever un fuerte sismo. En Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta vivimos cerca de un millón doscientas mil personas, las calles de dichos municipios son muy angostas, hay muchos edificios altos y numerosas construcciones son viejas. Todo eso son trampas mortales colectivas. Y... ¿Estamos realmente preparados para enfrentar un hipotético fuerte sismo?

En las últimas décadas, en los municipios del área metropolitana se han construido numerosos edificios de altura, en los que viven cientos de miles de personas. ¿Están realmente construídos para resistir un terremoto? ¿Hay un censo de cuántas edificaciones viejas hay en Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta y Girón? ¿Estamos debidamente entrenados en cómo evitar el pánico colectivo? ¿Se ha hecho un estudio serio de cuántos edificios pueden colapsar en caso de un fuerte sismo?

En caso de un desastre sísmico nos percataremos que gran trampa mortal son nuestras angostas vías vehiculares, los edificios altos y las construcciones viejas. ¿Qué plan serio para enfrentar una tragedia de tal magnitud han hecho nuestras autoridades?

Turquía, Japón y México son los países del mundo que más tiempo, dinero, estudios, simulacros y medidas de prevención de sismos hacen. Sin embargo, el terremoto que hubo en Japón hace cerca de una década (consecuencia de un Tsunami), los dos últimos de México y el terremoto de hace una semana en Turquía, han demostrado que todo ello fue poco.

Para vivir hay que prevenir. No olvidemos el viejo y sabio refrán medieval que expresa: “cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar”.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad