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Los noticieros de televisión y la mala digestión
En las ultimas décadas muchos colombianos hemos adquirido la costumbre, mientras almorzamos, de ver alguno de los noticieros que emiten los canales de televisión nacionales, a sabiendas de que para la urbanidad de Carreño y las buenas maneras en la mesa, ello es incorrecto. Confieso que tengo tal hábito, pero resulta cada día más difícil ingerir alimentos mientras en la televisión se proyectan numerosas y explícitas cuñas publicitarias de algún shampú para combatir la caspa, o para evitar la caída del cabello, o de un remedio para luchar con enfermedades e infecciones en las uñas de los pies, o algún medicamento para la pesadez estomacal (mientras la pantalla muestra un aparato digestivo en dificultades), para citar algunas de las “cuñas” que a diario, repetidamente, debemos ver muchos colombianos al mediodía, mientras ingerimos alimentos. Aseguro que es desagradable hacer la digestión luego de una tanda de tal clase de anuncios publicitarios.
De ñapa, terminada la pauta publicitaria, comienza una sarta de noticias sobre homicidios, atracos, accidentes automovilísticos, violencia intrafamiliar, feminicidios, hechos de Policía, etc. ¿La razón? Tales noticias no son costosas, como si lo son aquellas por las que hay que pagarle a las agencias de prensa internacionales. En resumen, los noticieros de television mutaron en herederos de “El Currinche”, noticiero radial local que en las mañanas transmitía escandalosas noticias policivas y chismes politicos regionales.
En Colombia hay buenos periodistas, pero ellos ya no están en la nómina de los tradicionales noticieros de televisión. Así, actualmente, el almuerzo de muchos colombianos está marinado de propaganda desagradable y bloques noticiosos de baja calidad. Todo ello muy lejano del periodismo serio.
Intercambiando ideas al respecto con expertos en medios de comunicación, opinaban ellos que una de las razones de tal estado de cosas es que hoy los noticieros de televisión del mediodía duran dos horas y media y, para copar tan amplio espacio de tiempo, deben recurrir a noticias de baranda y de “media panela”.
Tal observación es respetable pero la numerosa y poco atractiva pauta publicitaria y la “lluvia” de noticias policivas, han hecho que o se almuerce debidamente, o se vean los noticieros de televisión del mediodía con una alta posibilidad de que a cada televidente se le afecte la digestión.