Publicidad

Eduardo Parra Gómez
Lunes 26 de noviembre de 2018 - 12:00 PM

La Ley, la Ética y la Moral

Compartir
Imprimir
Comentarios

Moral y moralidad: “No concierne al orden jurídico sino al fuero interno, pues proviene de la apreciación de la conciencia”. ”Creencias destacadas en una cultura, religión o grupo, que distinguen lo bueno de lo malo”. Hay muchas definiciones y entre ellas escogí las dos anotadas. Me lleva a escribir estas líneas el hecho de que a los actuales jóvenes colombianos les tocó vivir una época en que están perdidos los principios y valores que otrora crearon un catálogo de conductas basadas en las buenas costumbres, la verdad y el respeto por el otro.

Aún existe cierto número de compatriotas que actua sin abandonar del todo la ética; pero la distición entre el bien y el mal poco importa a una mayoría que continuamente incurre en actos condenables y, lo que es peor, está inmersa en una insondable amoralidad.

La ética: se basa en razonamientos teóricos pero reflexivos, sobre el comportamiento del individuo ante la sociedad, mientras que la moral mira principalmente el nivel práctico del accionar individual. Las normas éticas orientan el proceder de múltiples seres humanos, con base en los valores y principios que les dictamina su conciencia; aún así, estas normas se compendian en códigos que les infunden cierto aire de legalidad. (No sobra señalar que buena parte de lo anterior se originó en la necesidad de consultar varios textos sobre los temas expuestos, y desde luego varios términos los adapté a mi modo de expresión).

La ley: pocas personas recuerdan cuántos “estatutos” contra la corrupción se han dictado, más si saben que únicamente sirven para demostrar que con solo leyes y decretos es imposible redu-cir este cáncer.

Además quienes transigen los principios éticos y morales, sin haber violado la ley, aducen que han obrado correctamente y su tranquilidad de conciencia es inmensa. Así se llegó a la actual situación en que la carencia de credibilidad y la consiguiente desconfianza, que antes se creía normal en los mandos medios, ahora cobija también a los altos dignatarios del Estado.

Se necesitan incentivos para crear veedurías ciudadanas y para que los corruptos sean objeto de la sanción social.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad