Loable propósito de la Alcaldía el implementar e impulsar la bicicleta como medio de transporte alternativo, benéfico para la salud, protector del medio ambiente y además asequible para todos.
No obstante si se analiza el proyecto, el cual valdrá la no despreciable cifra de trece mil y tantos millones, observamos situaciones que vale la pena socializar, como es el caso de las ciclorruta en la Avenida la Rosita especialmente en la zona del parque de Mejoras Públicas en donde reducir los carriles del tránsito automotor generará un verdadero perjuicio y un terrible dolor de cabeza, especialmente para las empresas de salud ubicadas en la zona.
Si hacemos un recorrido por dicha avenida entre las carreras 27 y 33 podremos observar que en esa zona, además de la Clínica Chicamocha del lado sur, está el parque de Mejoras del lado norte y ahora el gigantesco edificio de oficinas y residencias de la intersección de las dos avenidas.
Una ciclorruta allí disminuirá a un carril el flujo automotor; si lo construyen por el lado sur, cualquier vehículo que parquee para dejar un paciente en la clínica obstaculizará el tráfico al extremo de generar una congestión absoluta peor a la ya existente.
Sentimos que debería hacerse por el lado norte, es decir, por el lado del parque; solo que ello traería como consecuencia que en los eventos a realizarse allí el tráfico se vuelva imposible por dicha vía, pues todos hemos visto que no existe autoridad capaz de regular el parqueo abusivo que allí se hace.
En Bucaramanga, la circulación vial es caótica, pues la ciudad no está diseñada para absorber el enorme crecimiento del parque automotor, para propios y extraños.
Ojalá sea el sentido común y la protección de la totalidad de los intereses sociales lo que se tenga en cuenta al momento de la implementación del benéfico proyecto y no el simple interés contractual lo que cuente al hacerse lo que se tiene planeado.
