Nuestros deportistas merecen un aplauso cerrado por su presentación en los Juegos Nacionales y todos los torneos a los que asisten, porque logran vencer a sus rivales en las pistas de competición, y también la irresponsabilidad e incompetencia de nuestra dirigencia.
“Claro el cielo azul celeste con sus nubes tan arriba que ya casi cielo son...”.
Todo aquello que nos recuerda lo vivido produce un sentimiento tan especial que termina impactándonos moralmente, cualquiera sea el suceso que evoquemos.
Una característica de la edad medieval, como la llaman ahora, adulta como le decían antes o vieja como la llamaban los abuelos, es que en la bruma de los olvidos los recuerdos del pasado más remoto terminan por hacernos entender la razón de muchas de las cosas que marcaron nuestras vidas de manera tan indeleble que a veces la niebla del olvido no logra ocultar.
Traer al presente a personajes que de una u otra manera influyeron en nosotros, rayándonos profundamente el alma, es una oportunidad de decirles gracias y hacerlo en vida con un abrazo y un aplauso que puedan disfrutar en lugar de hacerlo con una nota necrológica que solo sirve para consuelo de quienes los sobrevivan.
Decirles que su obra nos lleva a tiempos en que las letras de las canciones tenían más belleza de fondo, por lo menos para nosotros y no esa gritería acuñada como música, plena de ordinarieces, que se nos ha venido imponiendo como tal.
Por eso cuando asistimos a la presentación de la película que lleva su nombre artístico, que nos muestra ese ser que de las 11 p.m. hasta las 8 a.m. se llama Gonzalo Navas Cadena, con quien compartimos retazos de juventud, de esa que tuvo la osadía de cambiar los paradigmas que nos permitieron ser verdaderos dueños de nuestro propio destino dando fin a ese respeto solo basado en la edad, la dignidad y el gobierno, saldamos una deuda de inmensa gratitud que teníamos que pagar.
Sentimos que asistir a la presentación de la película “Pablus Gallinazo” y poderle dar el merecido reconocimiento a ese poeta de la canción fue un espectáculo que valió la pena vivir y por eso la recomendamos, algunos para evocar y otros para reconocer a quien ha sido el más representativo poeta de la música de protesta, en la convulsionada vida de los años 60´s y 70´s del viejo siglo y cuyas canciones para nosotros no han perdido ni su vigencia ni su profundo sabor. No se la pierda.