De las guerras de pandillas, a las ollas del microtráfico; de los asaltos a los establecimientos de comercio, donde hacen...
Coca y pola legal (I)
En la exploración de recetas para la Paz Total, sin buscarlo y para abrir en Navidad, llega hasta mi casa el libro “La hoja de coca en la gastronomía colombiana”, al cual se adjunta una pequeña bolsa con 100 gramos de harina de Coca, un polvillo verde con valores nutricionales no difundidos que superan con su contenido de calcio y hierro a las lentejas, frijol, maíz y plátano, con mayor contenido de proteínas crudas que el plátano y el maíz en doble porción juntos o separados y con otras bondades como son el salvar vidas, culturas y costumbres ancestrales que, nuevamente, como bloque cultural amnésico dominante de ciudad y gobierno, en perjuicio de la montaña y el campo, pretendemos erradicar y que, como originario, no tiene relación con el narcótico blanco que estigmatizó a los pueblos de la coca y que a tantos mata, ni tiene los efectos nocivos del derivado que emplea solo uno de sus alcaloides.
El libro que incluye el “Reto Coca” (disponible en internet), que me hace recordar el perdón y redescubrimiento de la chicha en Colombia, hace parte de una estrategia de divulgación en la que participan chefs de todo el país que, con sus recetas -rogativas para el redescubrimiento y normalización de la hoja de coca- además de generar conocimiento, presentan productos nutritivos, novedosos y tradicionales.
El proyecto desarrollado por la “Fundación Tierra para la Paz” articula a las comunidades productoras de coca y recolectoras de hojas con instituciones gubernamentales, académicas y organizaciones no gubernamentales para regular los usos de la hoja con fines de investigación en el desarrollo de productos alimenticios, medicinales y agrícolas impidiendo que se repita la historia y permitiendo que el gobierno compre cosechas, asocie a las comunidades en la producción de productos legales como la harina de coca y logre en el mundo el entendimiento de que la sustitución de cultivos es un paliativo, que el problema es el valor que suma al producto la prohibición y que con la hoja con pistilo y en verde, que no en blanco, se puede escribir una nueva historia.
La historia, en la que son coautores el líder comunitario de Lerna, Herney Ruiz, cultivador panadero de coca, el SENA y su instructora Dora Lucía Troyano, promotora del desarrollo de productos no alcaloides en países andinos, entre otros colaboradores, debe replicarse en todo el país para comprar cosechas y para producir harina.