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Eneas Navas
Lunes 16 de enero de 2023 - 12:00 PM

Distrito de la Cigarra

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A la cordial y hermosa Bucaramanga, a la ciudad de los parques, a la ciudad bonita de Colombia, la de las cigarras, con más de 400 años cotizados al fondo de pensiones de la historia, le ha llegado la hora del retiro como municipio, pero los intereses políticos le tienen embolatadas las semanas e insisten en alargar su existencia con administraciones de coyuntura que salvaguarden la robustecida burocracia y atiendan con cumplimiento, de tinta y papel, las cifras de los programas de gobierno y de los planes de desarrollo sin oriente, cuando la única, real y verdadera solución es la creación del Distrito Especial en torno a los servicios educativos y de salud, que posicionen la región en el panorama nacional e internacional y unifiquen las acciones de Floridablanca, Piedecuesta, Girón, Bucaramanga, Lebrija, Rionegro, Los Santos y Tona, en una sola administración distrital, haciendo de los esfuerzos aislados e insuficientes, uno eficiente y eficaz que potencialice el desarrollo regional.

Sin reparar en la historia reciente de las administraciones públicas locales, ni repasarlas, incluida la inestabilidad administrativa de unos y la grimosa ausencia de autoridad en otros, lo importante es el resultado del modelo actual en el que ocho alcaldes tienen su propia idea del futuro de la región que no comulga ni afina con las de los otros; lo importante es entender la ineficiencia de ocho concejos municipales discutiendo los mismos temas con resultados inicuos e inanes en el corto y mediano plazo y, lo peor, entender que el resultado es la inseguridad, la violencia e intolerancia que reinan ahora en el territorio, la falta de pertenencia, la pobreza, la desigualdad y la anarquía que campean y la contaminación que compite con las deficiencias en la prestación de servicios públicos e infraestructura básica en todos ellos.

El camino por recorrer es el de la consulta popular para aquilatar en las urnas de manera democrática y participativa el sentir de la necesidad de unificación de los ocho municipios en el nuevo Distrito de Real de Minas, con autoridades descentralizadas únicas, con planeación rural y urbana articulada y magnífica al punto de la autonomía alimentaria, con servicios públicos fortalecidos y otros muchos beneficios que solo se verán, cuando la región amanezca hecha distrito.

Bucaramanga metropolitana, la de los ocho municipios, la que se hunde velozmente en un fango de abandono, debe emerger de la tierra como la cigarra, sobreviviente de la guerra.

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