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Eneas Navas
Lunes 25 de julio de 2022 - 12:00 PM

Las banderas de Petro

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Ahora que el NO plebiscitario a la Paz de 2016 se reveló como la mordaza que se quería imponer a la historia sin filtros de Colombia y la mayoría de sus promotores se alinearon en la oposición, ahora que el SÍ permitió a los victimarios confesar ante la JEP y el mundo los macabros crímenes de estado endulzados con el eufemismo de “falsos positivos”, mientras seguimos buscando la verdadera historia de la guerra y la paz que desde 1964 hizo que la gente se marchara a combatir con plumas, tintas, pinceles, guitarras y canciones y algunos con armas, después de ver el 20 de julio un desfile de escudos en manos de campesinos que llevan la frente en alto sin ninguna vergüenza militar institucional, porque no es suya y los rasos no tienen la culpa; en el discurso de réplica Julián Gallo dijo que lo único “bueno” de Duque fue “pavimentar el camino a la oposición”

En una historia paralela que se remonta a 1958, el Profeta Gonzalo Arango y sus obispos alzados en plumas contra todo y contra nada reconocen al comandante Pablus Gallinazo como el brazo cantador del movimiento adivinador y este, mi padre, compone entre tantos otros testimonios y vaticinios, “La gente de la gran ciudad” en la que solamente queda por saber cuál es la historia del colorado, colorín.

“La gente de la gran ciudad... la que se marcha a combatir, dispara y siempre piensa en ti. Si muere un hombre nacen dos y siempre viven al morir, porque han luchado para ti. La eterna lluvia de la selva, remoja el fatigado dril, y el sol ardiente del camino, le pone brillo a su fusil. En la quebrada en que el abuelo hizo un bambuco baladí, hoy se remoja el pie cansado y hace su canto su fusil. Al fondo de la selva oscura, alcanza a verse la ciudad y el camino pavimentado por donde todos volverán.”

Así, en manos de Petro, quedan las causas extraviadas nunca perdidas, las banderas de los líderes sociales caídos, de los nadie, de los invisibles y las garantías de libertades que fueron mito y las que desde la ciudad conquistamos para que escriba el colorado colorín de los que fueron y lucharon, pero nunca regresaron, para ti, para ti.

(Tan sólo quedará la historia de colorado colorín... de los que fueron y lucharon... de los que nunca regresaron... para ti, para ti.)

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