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Ernesto Rueda Suárez
Lunes 11 de noviembre de 2019 - 12:00 PM

Palabras inútiles

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“Comandante en Jefe” es una nominación sacramental, muy respetada, por ejemplo en Estados Unidos, que puede alterar toda la política del gobierno, y hasta amenazar la estabilidad internacional. Con hechos tan graves como los protagonizados por el exministro Botero, pocos se han acordado de las responsabilidades de nuestro Comandante en Jefe, el joven Duque. Algunos quieren que renuncie, pero tampoco hay que exagerar, dada la sucesión. El gobierno tiene cero autocrítica, y el “affaire” ha querido ser sellado con ditirámbicos elogios a toda una cadena de errores, desaciertos y mentiras sistemáticos, orquestados en el ministerio de Defensa, que ponen en entredicho toda la política y la doctrina al uso en este (des)gobierno. El senador Uribe ha dicho que los enemigos del Presidente lo quieren bloquear, y le preparan un paro nacional. No podía faltar el estribillo de moda –el Foro de Sao Paulo– para satanizar la protesta, mientras el Foro de Davos, responsable de la indignación y la rabia globales, pasa de agache. Si alguien ha bloqueado el gobierno del joven Duque es el expresidente senador, que tal vez aspire a un caos generalizado para imponer un régimen autoritario, en vista de que su “tercer” gobierno ha resultado un desastre total para él, el CD y para el país. ¿Vamos a permitirlo?

Piñera cambió todo el gobierno y ofrece rectificar muchas políticas e instituciones y hasta una nueva constitución, herencia del pinochetismo, que ningún gobierno hasta hoy ha podido tocar a fondo. No se sabe si lo logrará, pero Chile no volverá a ser igual; tal vez más digna, equilibrada y sin retroceder en sus logros.

Post scriptum. Pasados treinta años de la caída del Muro de Berlín, el panorama alemán y europeo es sombrío, por las inmensas amenazas globales económicas y políticas, con avances neofascistas muy preocupantes, también en Estados Unidos. Los desafíos para las democracias son tan grandes como como no los había tenido desde el fin de la II Guerra Mundial, a los que se suma la peor catástrofe, por encima de las ideologías y de las amenazas nucleares: el cambio climático.

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