lunes 23 de enero de 2023 - 12:00 AM

Ernesto Rueda Suárez

Palabras inútiles

Nos dicen a diario que estamos ante una crisis —como la de las primeras décadas del siglo pasado, que se saldó con dos guerras mundiales—, que bien nos lleva hacia regímenes iliberales, es decir, autoritarios y antidemocráticos, una especie de fascismos redivivos. Y no solo pasa en el país que puso en marcha la democracia —Estados Unidos— sino en muchos otros lugares, como ahora Brasil, y también en varios países europeos como Hungría y Polonia; y claro los autoritarismos tradicionales y crónicos de Rusia, China e India. La mayoría de la población mundial. Si hay algo desmemoriado, parece ser el “homo sapiens”, pues los horrores de la guerra se han convertido en la “normalidad”. La reina de la política es la mentira, que siempre ha existido y está documentado desde Platón en “La república”, solo que ahora —como corresponde a la postmodernidad— se miente en cantidades descomunales y demenciales, usando como siempre todos los recurso y medios técnicos disponibles, ahora las redes sociales con sus verdades alternativas, las falsas noticias, las teorías conspirativas, y la incitación al asalto al poder con detalladas movilizaciones callejeras y hasta con inteligencia artificial, si las elecciones —si o si— no son ganadas por los líderes populistas.

La gran pregunta es ¿por qué casi la mitad de la población acepta y promueve las corrientes antidemocráticas? Para empezar, porque la democracia ha incumplido y engañado, y no parece tomar las medidas radicales para superar la crisis de confianza y credibilidad. ¿Puede hacerlo o está atrapada sin salida, puesto lo que está en la base es un sistema social y económico que lleva al precipicio? Que nos lo aclaren ahora en la reedición de la farsa de Davos. Estamos en medio de dos precipicios peligrosos, como en la antigua fábula de Escila y Caribdis. ¿Volvemos a la historia de hace 100 años?

Post scriptum. Increíble el racismo y el machismo de Osuna y de Gossain. El uno hace burla racial de Francia en la ONU; y el otro cree que la mejor invención de la humanidad —los hombres— después de la mujer y los huevos con jamón es el bolero.

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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