martes 18 de julio de 2023 - 12:00 AM

Ernesto Rueda Suárez

Palabras inútiles

Cuando comenzaron a aparecer en Colombia las primeras ediciones de Milan Kundera, de inmediato se convirtieron en punto de referencia, entre intelectuales y sobre entre estudiantes, ya caldeados por los acontecimientos del Mayo francés, y por la pérdida de la hegemonía del Partido Comunista Soviético. Apareció en Europa el formidable movimiento llamado “Eurocomunismo”, guiado en general por antiguas figuras de la nomenclatura europea, como en Italia, Francia, y aún los comunistas españoles (como Santiago Carrillo), irredentos, radicales, que habrían de cambiar su posición a la muerte de Franco, y que hicieron un importante aporte a la transición democrática. Se publicaron muchos libros con durísimas críticas al régimen soviético. Hubo uno de especial significación , el de Rudolf Bahro, “La alternativa; del socialismo científico al realmente existente”. A pesar de la decadencia creciente del imperio soviético, se produce la invasión a Checoeslovaquia con gravísimas consecuencias mundiales. Ahí está Milan Kundera, un hombre libre que no soporta a los soviéticos, y ellos sí que menos a Kundera, quien decide migar a Paris, y hacer de Francia su nueva patria y del francés du idioma, lengua en la que escribe toda su obra.

Toda la novelística y ensayística de Kundera gira en torno a ese nuevo espíritu que irrumpe en Europa, pero que también tiene gran repercusión en América Latina. Kundera será inagotable, porque asumió su realidades con todas las aristas posibles del arte de la novela a su alcance. Me atrevo a decir que el núcleo unificador de su obra es la ironía, hasta la mordacidad del humor para referirse a los temas que la hipocresía no se atreve a mencionar. En “El arte de la novela” nos dice : “ El buen soldado Shveik” es probablemente la última gran novela popular. ¿No es asombroso que esa novela cómica sea al mismo tiempo una novela de guerra, cuya acción se desarrolla en el ejército y en el frente? ¿Qué ha ocurrido con la guerra y sus horrores para que se hayan convertido en motivo de risa?” Y concluye más adelante “lo cómico es más cruel [que lo trágico]: nos revela brutalmente la insignificancia de todo [....] los auténticos genios de la comicidad no son los que más nos hacen reír sino los que descubren una zona desconocida de los cómico”.

eruedas41@gmail.com

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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