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Felipe Zarruk
Sábado 19 de noviembre de 2022 - 12:00 PM

El arrepentimiento de Blatter

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Hace algunos días escuchamos y leímos con atención unas declaraciones del suizo Joseph Blatter, elegido durante el mundial de fútbol Francia 98 como presidente de la FIFA y quien durante muchos años se convirtió en el Secretario General de la entidad, la cual fue fundada en mayo de 1904. El octogenario dirigente mostraba su arrepentimiento y manifestó que “la elección de Catar como sede del mundial fue un error y asumo mi responsabilidad, porque yo era el presidente de la FIFA en aquel momento”.

Lo que se le olvidó contar a este dulce anciano con cara de Papá Noel de los Alpes fue, cuánto dinero recibió por parte de los organizadores del mundial que arranca hoy, en este caso, los cataríes, quienes sacaron de sus bancos suculentas sumas de dinero y las depositaron en las cuentas secretas de los máximos jerarcas del fútbol, los cuales no solo tienen la sede de la FIFA en Suiza, ahí a media cuadra están los bancos. ¡Todo al alcance de sus manos!

Blatter señaló, con su tembloroso dedo índice de la mano derecha, a Michel Platini, quien durante muchos años fue su mano derecha en cuestiones de negocios, ya que el exquisito volante de la selección francesa de fútbol en las décadas del 70 y el 80 fue elegido presidente de la UEFA en el 2007, y desde entonces Platini, dejó de tocar el balón con Fernández, Tigana, Giresse, Six, Rocheteau, Genghini y compañía, para convertirse en un vulgar mosquetero de sable oxidado por la corrupción que campeaba desde 1974 en el balompié mundial, tan pronto aterrizó en la FIFA un jumbo de más de 1,90 metros de estatura cuyo nombre era Joao Havelange, quien aparte de haber sido deportista, contrabandista de armas y presidente de la entidad por 24 años, era todo un avión en cuestiones de ‘negocios’ bastante oscuros, aliados con dictaduras y mil triquiñuelas más, con tal de convertir a la FIFA en un estado intocable con más de 211 países afiliados y dispuestos a mover la cabeza de manera obediente, so pena de quedar desafiliados si algún gobierno intervenía en sus decisiones.

Hace muchos años leí varios libros del gran escritor e investigador inglés David Yallop quien no solo escribió “En nombre de Dios”, un documento sensacional sobre el asesinato del Papa Juan Pablo I y el entramado de corrupción en El Vaticano. Yallop fue más allá, e incursionó en los campos futbolísticos, se metió en el camerino de la FIFA y publicó el libro “¿Cómo se robaron la copa?” el cual incomodó a los jerarcas de la FIFA a tal punto que intentaron por todos los medios vetar su circulación.

Hoy arranca el mundial de fútbol en Catar, mundial que ellos mismos vendieron al mejor postor debajo de los oscuros manteles con los cuales ellos adornaron las mesas en los fastuosos congresos de la entidad rectora del balompié. Ellos mismos, Blatter y compañía, se arrepienten de sus actos, se lanzan el balón con el agua sucia y a pesar de sus actos de contrición, ¡nadie les cree! El mundo no olvidará que Havelange, Blatter, Grondona, Leoz, Texeira (yerno de Havelange) y muchos más, hicieron parecer a Frank Costello, a Al Capone, a Lucky Luciano y a Vito Corleone, el de la película “El Padrino”, como unos bebés de guardería. Sin olvidar que por estos lados existen monjes como Ramón de Jesús y ‘Monseñor’ González, unos genios a la hora de revender boletas. Disfrutemos el fútbol sin olvidar que este mundial estuvo manchado por los sobornos. Ya para qué arrepentirse. Chao y hasta la próxima.

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