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Felipe Zarruk
Sábado 05 de junio de 2021 - 12:00 PM

El eléctrico Janio

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Corría el año 1983 y Janio Aldemar Cabezas Valois estaba aburrido en el Deportivo Cali, primero porque había tenido una lesión que le impidió jugar durante gran parte de la temporada y segundo porque se dedicó a ‘chupar’ y descuidó su disciplina como profesional del fútbol. Estaba en su casa, la capital mundial de la salsa y se encontraba preocupado por su futuro. Él había nacido en Buenaventura un 13 de mayo de 1955 en el hogar de don Tomás, un abogado de profesión y doña Carmen, una maestra de escuela, quienes le enseñaron valores muy importantes para convertirse en un gran ser humano. Ese diciembre, Janio Aldemar no sabía que pasaría con su futuro y es cuando Alex Gorayeb lo llama y le informa que Gabriel Camargo lo había prestado al Bucaramanga.

El puntero derecho, quien en sus inicios como futbolista debutó con gol en 1974 vistiendo la camiseta de Santa Fe en un cuadrangular ante el América de Río reemplazando a Alfonso Cañón; luego de unos años en el onceno cardenal se va para el Deportivo Táchira en donde salió campeón y regresa para vestir la camiseta del famoso y recordado Kokoriko Tolima en donde consiguió dos subcampeonatos, el de 1981 y el de 1982, saltó de alegría y le dijo sí a Reinaldo Rueda Castañeda y a su hijo ‘Pacho’, para aterrizar en la ciudad un lunes de febrero de 1984 y de inmediato se puso a entrenar bajo las órdenes de Hermán ‘Cuca’ Aceros y Aureliano Montañez Pinzón con un equipo que hacía pretemporada sin saber a ciencia cierta si participaría ese año a raíz de la difícil crisis económica por la que atravesaba el club.

“¡Perdimos los cuatro primeros partidos y desde ahí no nos paró nadie, ese equipo era una tromba Pipe, es la mejor delantera que integré en mi vida y eso que jugué con Pandolfi, Céspedes, Víctor Hugo Del Río, Centurión, pero es que esa del 84, eso era mucha delantera con el ‘Negro’ González, el ‘Pirata’ Ferrer, Sosa, el ‘Nene’ Díaz, Muñoz, hacíamos tres y cuatro goles por partido, la vida nos negó ese título!”. Inclusive afirma que el mejor gol de su carrera lo hizo con la camiseta del Bucaramanga, “¡Se lo anoté a Millonarios de palomita, la noche que los goleamos 5 a 1 con el equipo de ‘Coco’ Forero. A Millonarios lo tenía de hijo porque cuando mi mamá me llevó a probar allá, don Jaime Arroyabe me dijo que yo no estaba para eso. Pero años después me encontré al viejo y me dijo que lo perdonara, que ellos también se equivocaban!”.

Se retiró jugando con el Cristal Caldas dirigido por Pacho Maturana y se fue a estudiar a Europa. Dirigió en las divisiones menores del América equipo del cual es hincha y todo gracias a que su hermano Daniel había sido profesor de Miguel Rodríguez en una universidad vallecaucana. Recuerda con cariño a Gabriel Camargo, ya que él le regaló una casa y un apartamento en Cali. Recuerda con nostalgia a Salomia su barrio querido y vive agradecido con su trabajo como técnico en Houston, Texas en donde reside actualmente junto a su segunda esposa y sus dos hijos Lucas y Daniel. Tuvo 3 hijos en su primer matrimonio, Angélica, Carolina y Janio Jr., los cuales también residen en los Estados Unidos, pero recuerda con cariño a nuestra ciudad y a la bella hinchada, así como a la familia Rueda Castañeda. Se le blanquearon los ojos cuando pensó en volver a nuestra ciudad para darnos las gracias por lo que aquí le brindamos. Le escribo a Janio, que él no necesita permisos para venir, que es ciudadano honorario y que sus gambetas y piques electrizantes jamás se nos olvidaron. Vaya nuestro abrazo para un gran amigo, con quien tuve una charla de más de dos horas y que habla más que un dirigente del paro, pero con el que dejaremos pendiente un par de columnas más. Te queremos viejo Janio, chao y hasta la próxima.

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