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Viernes 03 de febrero de 2023 - 12:00 PM

No a los debates en las plazas

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La composición del actual congreso de más de quince partidos de diversas ideologías, profesiones, regiones y criterios, nos permiten confiar en que los proyectos tengan amplio debate y que se ajusten para lograr mejores resultados. Si bien es cierto que hay temas sumamente sensibles: la reforma laboral, de salud, de educación, la energética, la ambiental, la paz total, la política, entre otras, que suscitan polémica, prevenciones y dudas, tenemos ya el antecedente del más difícil, la tributaria, que logró ser un buen ejemplo de democracia: largo proceso de estudio y muchos ajustes, con un resultado muy positivo.

Es esta clase de debates, abiertos, enriquecedores y democráticos, que el país espera este año para cada uno de los temas fundamentales, pero pretender llevarlos a las plazas públicas, con manifestaciones calenturientas y polarizadoras, que suelen ser generadoras de violencia, es como mínimo inconveniente. Quienes asisten a estas manifestaciones, de los dos bandos, en su mayoría nunca han leído las propuestas y si acaso las leyeron, nada entendieron, allá sólo se repiten frases prefabricadas y de fácil calado, pero de ellas nunca salen propuestas serias y sensatas, sólo presiones.

La democracia en un país de más de 50 millones no permite individualizar el debate y cuando votamos entregamos nuestro poder decisorio a los elegidos, quienes son los responsables en los escenarios adecuados. En resumen, más estudios, debates y análisis de las propuestas, pero menos presiones con manifestaciones.

No podemos en estos meses polarizar aún más el país, estando tan cerca las elecciones regionales del próximo mes de octubre, que serán fundamentales para entender la manera como los colombianos hemos recibido el primer año del Gobierno Nacional. Al depositar el voto debemos estar seguros de haber previamente revisado quien es nuestro elegido, lo que ha hecho anteriormente, los principios que representa, quienes lo rodean y con qué honestidad y eficiencia ha realizado sus anteriores trabajos. Esperemos que las elecciones del próximo mes de octubre serán orientadoras para la construcción de un país mejor, aceptando los cambios que requiere el país y reflejando lo que las mayorías esperan.

Un no rotundo al debate de plaza pública, amenazas de paro, retos e intransigencia, mantengámonos en el marco de la democracia representativa. No debemos motivar votar con odio ni enfurecidos, más reflexión y menos pasión.

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