Da envidia de la buena mirar hacia otros lares y observar la unión de sus líderes políticos y privados sentados en una misma mesa, debatiendo los proyectos más importantes para la región y uniendo fuerzas con el sector público para sacarlos adelante, independiente de sus diferencias ideológicas e intereses protagónicos y personales, todos convencidos que si se rema en un mismo sentido para hacer posible llegar más lejos y con mayor ligereza.
Da añoranza recordar los tiempos en que teníamos una organización cívica y privada, conformada por personas prestantes, que con sentido altruista dedicaban parte de su tiempo y a veces recursos económicos, para sostener una entidad independiente y pluralista, que aglutinaba el interés regional en torno a proyectos y unidos, hacían gestión, movían la opinión pública y contribuían con su experiencia y contactos a que tales ideas se convirtieran en realidades.
Me refiero a ProSantander, una entidad que nació en nuestro medio hace cerca de 40 años, bajo el liderazgo de Don Armando Puyana Puyana, con la pretensión de emular los buenos resultados obtenidos por ProAntioquia en la promoción del desarrollo de esa región. Fueron cerca de diez años de resultados fructíferos, logros importantes, resonancia nacional y ejemplo de unión en torno a proyectos, en procura de lograr lo que queríamos ser en la región. Hoy, ella duerme moribunda en los anaqueles, mientras ProAntioquia y otras entidades del mismo tipo que nacieron luego, como ProBogotá, ProBarranquilla, ProPacífico y ProRisaralda, avanzan en sus objetivos de generar desarrollo regional a largo plazo.
Debemos reflexionar sobre el acontecer local y lo que somos, sabemos y hacemos. No podemos quejarnos de lo que hemos alcanzado, somos un pueblo trabajador, responsable, metódico, con deseos de progresar individualmente; sabemos hacer bien las cosas, hemos hecho mucho por nuestra tierra y lo hemos hecho con mucho esfuerzo individual. Si pudiéramos unirnos en torno a una visión de futuro, con proyectos que trasciendan los periodos gubernamentales y propendan por el bienestar común y el desarrollo equitativo, podríamos estar mejor. Revivamos ProSantander.
