Es evidente que su vigoroso arraigo en el alma colectiva se explica en función de su brillante oratoria y el reconocido talento en el manejo de las causas populares, que lo aprestigiaron en el ámbito regional y, muy pronto, trascendió a la escena nacional, donde estuvo cerca de acceder al rango presidencial.
A su connotado perfil político es preciso agregar su probada capacidad gerencial como administrador de lo público, atributo del que hizo gala en su fecundo trasegar por las numerosas instituciones que estuvieron a su cargo.
Justamente, tuve la honrosa oportunidad de prestarle mis servicios profesionales a Ecopetrol -conjuntamente con un grupo de asesores contratados por la Cámara de Comercio de Bucaramanga- en la ejecución del conocido proyecto de infraestructura “La Gran Vía Yuma”, en cuyo Consejo Directivo participó el Dr. Serpa cuando fungía como Gobernador del Departamento. Al interior de ese organismo su liderazgo no se hizo esperar, pues siempre con gran respeto y atención escuchaba las opiniones que allí se expresaban y, al final, fijaba sus criterios de conclusión sin subestimar las buenas razones expuestas por los intervinientes; todo lo cual se explica porque en ese escenario no brillaba el fogoso orador de plaza pública, sino el talento de un buen administrador.
Hay otro valioso antecedente que revela sin ambages el buen suceso de su gestión estatal: para ello es oportuno recordar que en los tiempos de su gobernación no existía el ordenamiento que consagró el régimen del pliego único para regular los procesos licitatorios de obras públicas. Pese a ello, el gobernador Serpa, en ejercicio de la autonomía territorial, trabajó dicha contratación bajo la modalidad del pliego único. La estandarización de las reglas contractuales generó un significativo incremento en el número de participantes en los procesos contractuales, evento predecible por el implícito mensaje de pulcritud y transparencia dado a los potenciales participantes, refrendado por la ausencia de controversias contractuales. Es la expresión inequívoca de un administrador público integral.