El buen humor es un regalo para ti y los demás. Ábrele las puertas cada día y así el estrés y el malgenio se atenúan o huyen.
Te comparto este apunte sobre lo que un hombre supuestamente vive con la mujer desde los 8 años hasta los 78.
8 años: la llevas a la cama y le cuentas un cuento.
18: le echas un cuento y la llevas a la cama.
28: la llevas a la cama sin necesidad de cuentos.
38: ella te echa un cuento y te lleva a la cama.
48: Le echas un cuento para no tener que ir a la cama.
58: Ella te dice: ¡pero tú en la cama eres puro cuento...!
68: Tú ya no quieres saber nada ni de cuentos ni de camas.
78: Se la pasan en la cama y se les olvida cómo era el cuento.
Una estupenda estrategia para vivir más y mejor es cultivar el buen humor y compartirlo con los otros.
Dedica tiempo a ver videos graciosos, a leer chistes o contarlos y a reírte de ti mismo y no de los demás.
Aprende que las emociones que ves como negativas no son malas, son energía que siempre te enseña algo valioso.
Hay que acogerlas con amor y darse permiso para sentirlas y soltarlas ya que si las reprimes toman más fuerza.
Ahí se aplica este sabio dicho: “Lo que se resiste, persiste”. Por eso no hagas resistencia a nada.
El secreto es aceptar todo con amor, aprender y luego sanar y soltar para fluir como el río a la mar.
El miedo, por ejemplo, te da la oportunidad de cuidarte y de mostrar tu valor y el poco o mucho poder de tu fe.
Los antídotos del miedo son el amor y la fe y cuando ellos son grandes tu miedo se vuelve pequeñito o se esfuma.
Ante el temor relájate, respira, ora y saluda esa emoción y mira qué es lo que necesitas aprender.
Identifica en qué parte de tu cuerpo lo sientes, háblale y dile que ya se puede ir; verás como todo mejora en tu existir.