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Jueves 19 de mayo de 2022 - 12:00 PM

El encanto de los pueblos

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Fue un viaje maravilloso, recorrimos con mi esposa las antiguas provincias de Guanenta y Comuneros. La magia de los pueblos nos hizo soñar y recordar bellas épocas idas e historias de tiempos pasados. Nos alojamos en el hotel La Loma de Curití, después de recorrer las bellas calles de ese pueblo de mis ancestros. El establecimiento hotelero es campestre y está formado por varias cabañas bellamente adornadas. Pasamos por San Gil, población que me trae bellos recuerdos, el más sensible que mis dos hijas nacieron en esta población. Seguidamente fuimos al Socorro y lo encontramos especialmente cuidado, haciendo honor a ser la primera capital de nuestro departamento y mantener vivo el recuerdo de los comuneros. Ojala algún día tengamos la grata sorpresa de tener en el Socorro una galería de los comuneros.

Luego pasamos a Barichara, bella población asediada por los turistas. Sus casas de estilo español conservan la belleza y tradición ya emblemática en nuestro departamento. Esta ciudad es lugar de turismo y refugio de intelectuales y personas que buscan un ambiente tranquilo en medio de la soledad. Después fuimos a Guane, pequeño y bello corregimiento de Barichara. Además de sus casas de estilo antiguo hay un producto que entusiasma los lugareños y a los visitantes como es el sabajón que satisface exquisitos paladares. Recorrimos Villanueva población de avenidas adornadas con árboles y flores tan rectas que engalanan todos los espacios. Allí se encuentran exquisitos helados de frijoles y aguacate, productos desconocidos en otras regiones.

Cuando llegamos a Pinchote sentí una agradable sensación de añoranzas al recordar que allí fui elegido concejal en mí ya lejana juventud, es el lugar donde nació la heroína Antonia Santos. Igualmente goza esta población de calles muy bien trazadas y un excelente restaurante con vista al horizonte. Y llegamos a Oiba, lugar de nacimiento de mi padre, llamado pueblito pesebre. Le otorgaron esa denominación porque sus casas eran de estilo español y conservaban así el recuerdo de la madre patria. Desafortunadamente varios lunares encontramos en esa tradicional población. Trataron de modernizar las casas con colores muy vistosos, diferentes a los tradicionales. Paredes blancas y puertas Caobas o verdes oscuras que adornaban la vieja población. Y de contera una tradicional casa ubicada en la plaza de la población, se derrumbó y solamente quedan pedazos de muros que entristecen el recuerdo.

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