Homero el gran poeta griego, ubicó la palabra como una herramienta fundamental para la vida militar, social y comercial de la sociedad. En el siglo V a.c. los ciudadanos debían intervenir para defender sus causas en los tribunales. Los ciudadanos ricos, empezaron a buscar instructores que les formasen a ellos y a sus hijos en el dominio de la oratoria. En los siglos siguientes surgen los llamados “diez oradores áticos” entre los que destacan: Antifonte, Lisias y Demóstenes. Al mismo tiempo en India y China la palabra era fundamental para la vida en sociedad. En la India era considerada una “herramienta entregada por los dioses que debía conservarse con fidelidad y estudiarse como objeto sagrado de conocimiento”. En China con la llegada de Confucio y sus seguidores (551 a.c. - 479 a.c.), se avanzaron las técnicas de oratoria en todo el territorio.
Recordemos algunos de los discursos más famosos de la historia. En primer lugar, están las palabras del inolvidable Sócrates en la “Apología de Sócrates” que pronunció en el año 339 a.c. ante el tribunal ateniense que lo acusaba de corromper a la juventud y de despreciar a los dioses del Estado. De los líderes mundiales tenemos el discurso de Napoleón Bonaparte en su despedida de Fontainebleau el 20 de abril de 1.814 “No lamentéis mi destino”. El 3 de septiembre de 1.939, el Rey Jorge VI de Inglaterra, después de practicar mucho y venciendo su tartamudez, pronunció una de las alocuciones más recordadas de la historia. Otro personaje que movía masas con sus proclamas era el caudillo Alemán Adolfo Hitler, con una estrategia comunicativa integral. En Estados Unidos son muy recordados los discursos de los presidentes Franklin Delano Roosvelt, Jhon F. Kenedy y Barack Obama. En América latina sobresalen, entre otros, Fidel Castro que es recordado por su oratoria en la ONU en 1.979 y Juan Domingo Perón por su alocución ante el congreso de Argentina el 1 de mayo de 1974, poco antes de morir.
En Colombia contamos con excelentes oradores. Dos líderes del siglo XX que no fueron presidentes pero que se destacaron por su facilidad de expresión entre otras cualidades: Jorge Eliécer Gaitán y Gabriel Turbay. De los expresidentes contamos con Guillermo Valencia (1.845 -1.849), Manuel Murillo Toro (1.864-1.866, 1.872-1.874), Laureano Gómez, Alfonso López Pumarejo, llamado compañero por los oradores populares, Belisario Betancur (1.982-1.986) presidente y poeta. Nuestro presidente actual Gustavo Petro, se caracterizaba, antes de ser presidente por ser un buen orador, pero ha perdido esa cualidad. Sus alocuciones son demasiado largas, sin sentido, y poco oportunas. Independientemente de la ideología política, un presidente debe ser cercano, agradable y amable con su pueblo.