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Gustavo Galvis Arenas
Jueves 30 de enero de 2020 - 12:00 PM

Los modernos savonarolas

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Muy interesante para los politólogos la situación política de nuestro departamento y especialmente de la ciudad de Bucaramanga. Para el común habitante de nuestra capital parece un rompecabezas. Fue elegido Gobernador el hijo de otro mandatario que tuvo dificultades en la administración. Se decía que lo nuevo era distinto y que se erradicarían las malas prácticas, pero no sabemos si la fuerza que llevó el señor Aguilar al primer cargo del departamento era un partido político, una familia, un clan o un grupo organizado para la ocasión. Esta situación es diferente a las anteriores, puede ser mejor que los viejos partidos políticos o significa la llegada de la anarquía. Algunos grupos políticos apoyaron al nuevo Gobernador, pero nadie sabe cuál va a ser el resultado de todas estas alianzas. ¿De dónde surgen los candidatos a los cargos importantes del departamento?, ¿quién los postula?, o es el resultado de un estudio técnico de aspirantes.

Ahora bien, con respecto a la Alcaldía de Bucaramanga la situación es más exótica. Surge el Ing. Hernández como alternativa a la corrupción y el rechazo a los viejos partidos políticos. Su administración estuvo llena de dificultades y su proyecto anticorrupción no dio resultado. Un escándalo nacional sacudió la administración cuando el Ing. Hernández golpeó a un Concejal, porque este le hizo un reclamo airado ante las cámaras periodísticas. El concejal Claro protestaba, porque la Alcaldía había firmado un convenio que involucraba a un hijo del Alcalde. El Concejal se sentía burlado. Parece que a muchos bumangueses le gustó la actitud del Alcalde. Un exalumno mío, graduado con honores y con especializaciones en Europa, me dijo con entusiasmo: “muy bien lo del Alcalde, ese sí es un arrecho santandereano”. En este caso creo que perdí el año como docente. Ahora, para culminar la sinrazón, el exalcalde es investigado por el célebre contrato de las basuras y además de las veces que ha sido sancionado enfrenta un proceso penal. De toda esta situación nos quedan algunas inquietudes, una de ellas es la fuerza que tiene Hernández que ya que es candidato a la presidencia de la República y los vaivenes que da la política. Ojalá no nos encontremos con un moderno Savonarola. De todas maneras estamos en la razón de la sin razón, porque quienes abjuran de los partidos políticos incurren en las mismas conductas de las viejas colectividades y los dirigentes tradicionales no hacen nada por corregir. Ojalá que el Gobernador actual tenga éxito para bien del departamento y el exalcalde Hernández pueda explicar su conducta.

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