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Gustavo Galvis Hernández
Lunes 14 de noviembre de 2022 - 12:00 PM

Cumbre Mundial del Clima

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Noticia mundial ha sido la Cumbre Mundial del Clima o COP27 que comenzó el 6 de noviembre y termina el 18 de este mes en la ciudad de Sharm el Sheikh, en Egipto (África). Asisten más de un centenar de jefes de Estado y miles de empresarios, científicos, acacadémicos y representantes de organizaciones ambientalistas. Se busca hacer un balance de las estrategias y logros contra el calentamiento global, cuyos fenómenos climáticos extremos han sido devastadores en muchas partes del mundo.

Según los expertos en el tema, si no se actúa con más efectividad contra sus causas, como el uso de combustibles fósiles- carbón y el petróleo fundamentalmente- más la deforestación y con una transición rápida y masiva a las energías renovables y limpias como la eólica y la solar entre otras, puede acelerarse la llegada al colapso de la civilización en un planeta sobrepoblado con 8.000 millones de personas demandando recursos naturales cada día más escasos. Pero esto, poco le importa a muchos.

Repasemos brevemente el origen de estas cumbres climáticas; la actual es la número 27. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, llamada también Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, se aprobó el tratado conocido como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Dos años después en 1994, la CMNUCC entró jurídicamente en vigencia y en 1995 se celebró la conocida como Primera Conferencia de la Partes COP1 en Berlín, Alemania. Se llaman así por ser el órgano supremo de los gobiernos firmantes - las Partes -. Su objetivo fundamental: contra el calentamiento global, lograr disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera para que la temperatura del planeta para el año 2030 no se incremente en más de 1.5 grados con respecto a la del comienzo de la llamada Primera Revolución Industrial que se inició en la mitad de siglo XIX.

Poco espacio para el optimismo con la llegada al poder, por ejemplo, de negacionistas como Donald Trump en Estados Unidos o Jair Bolsonaro en Brasil que estimuló la devastación de las selvas amazónicas de su país. Actualmente hay un respiro para este pulmón del mundo con el triunfo de Lula Da Silva en Brasil y el ligerazgo del presidente Petro para lograr este objetivo ambiental fundamental: salvar las selvas amazónicas.

Y es urgente que las decisiones de la COP27 se traduzcan en logros positivos y rápidos. Recordemos que son 51.000 millones de toneladas de gases invernadero las que llegan a la atmósfera todos los años.

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