Muy oportuno y necesario que los alcaldes de Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta y Girón, hayan hecho un pacto para coordinar, promover y realizar las acciones de corto y mediano plazo para mejorar la movilidad vehicular. Urgente enfrentar el colapso del tráfico por sus consecuencias negativas como los mortales accidentes de todos los días, las dificultades para el desplazamiento, el estrés para la gente y desde luego el deterioro de la imagen de los municipios.
Diez son los objetivos del Pacto. Escribo algunos comentarios sobre el primero:
*Reducir la contaminación atmosférica, acústica y el efecto de la movilidad sobre el clima en el área metropolitana.
Recordemos que la contaminación atmosférica proveniente de fuentes fijas y móviles en las áreas urbanas está afectando la salud con graves consecuencias para muchas personas. En lo local con más de 750. 000 carros y motos- muchos con chimeneas a la vista- exige medidas rápidas de control, y exigencia en el cumplimiento de normas. Una estrategia es crear las condiciones para que se incremente el uso de vehículos eléctricos para lo cual es fundamental instalar la infraestructura para los cargadores. Necesaria la colaboración y participación de los empresarios de la construcción para que en los parqueaderos de las residencias y de oficinas se cuente con ellos en el contexto de lo que se denomina “construcción sostenible” y responsabilidad social y ambiental empresarial.
En cuanto a la contaminación acústica, es urgente prohibir e impedir la circulación de motos-ruido, adaptadas mecánicamente por sus conductores para tal fin. No esperar para actuar a que la situación llegue a extremos de más contaminación auditiva en las calles; y desde luego impedir la realización de lo que llaman “ piques”, ya frecuentes y desafiantes a cualquier hora de la noche como los del sector de barrio Cabecera que por el desorden y la inseguridad tiene desesperados a los vecinos.
Contra el libertinaje y la incultura ciudadana la ciudadanía exige autoridades efectivas que hagan cumplir las leyes, códigos, decretos, que muchas veces no pasan de ser letra muerta. Y como se dice, hecha la ley, hecha la trampa.
