En el Plan de Desarrollo de Bucaramanga para los próximos cuatro años, y que está en estudio para su aprobación por parte del Concejo municipal, tiene un amplio componente de propuestas en temas económicos, sociales y ambientales. Además, hay seis importantes proyectos estratégicos, entre los cuales está el de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Bucaramanga Metropolitana, para el Río de Oro.
Es un importante objetivo de gran impacto regional; se iniciará con la alaboración de los estudios de factibilidad- hasta la ingeniería de detalle- para que, con una acción concertada de los estamentos públicos y privados, se realice esta megaobra que busca devolverle la vida al Río de Oro, una de las fuentes hídricas otrora más importantes y valiosas de la región, convertida hoy en uno de los depósitos de aguas residuales residenciales e industriales más contaminados del país.
Recordemos que vivimos en un planeta cada día más sediento y con recursos naturales menguantes, por la explosión demográfica y el calentamiento global que avanza. Por esta razón, iniciativas como la PTAR en el contexto nacional, es un claro mensaje sobre la importancia vital del agua para todo. Como lo hizo Medellín con su PTAR que saneó el río que atraviesa la ciudad; como lo está haciendo Bogotá con el saneamiento del río Bogotá, gracias a un fallo jurídico de obligatorio cumplimiento. Otros fallos también han determinado que los ríos tienen derechos.
Y reafirmemos que el Área Metropolitana dispone de un servicio de agua de calidad y permanencía muy bueno, gracias al valioso ecosistema del páramo de Santurbán; por lo tanto, es prioritario que sus cuencas hídricas, con sus ríos y quebradas, deben ser cuidadas, conservadas, mejoradas y reforestadas. Y que el proyecto de la nueva PTAR Bucaramanga, motive a otros municipios a planificar las plantas de tratamiento propias para coservar sus fuentes de agua. No hay otra opción.
