Los bosques de los Cerros Orientales de Bucaramanga son un tesoro verde cuya protección, vigilancia y conservación, debe ser un objetivo prioritario para la CDMB, la subsecretaria de Ambiente del municipio, la Procuraduría Ambiental, la policía ambiental, los medios de comunicación -como lo ha hecho Vanguardia- las ONG ambientales, los líderes ecologistas y la ciudadanía en general.
Motivos sobran. Son fábrica de oxígeno para la ciudad- cada día más caliente- y los municipios vecinos en una coyuntura compleja por la creciente contaminación del aire causada por fuentes fijas y móviles con las graves cosecuencias que ello implica para la salud. Súmese su importancia estética y paisajística con los miles de árboles que existen, con su fauna y flora, gracias a la CDMB que en su momento, basada en estudios técnicos muy serios, incluyó a un amplio sector de los cerros orientales como valioso ecosistema en el Distrito Regional de Manejo Integrado ( DRMI).
Para reconocer y aplaudir la determinación de la Alcaldía de Bucaramanga y su Secretaría de Infraestructura por desistir de realizar intervenciones adicionales en la construcción del llamado Sendero de los Caminantes. Pero es urgente la elaboración de un reglamento de obligatorio cumplimiento: cero ruido, cero basura, cero licor, permiso para caminar exclusivamente por el sendero, cuidado con la fauna y la flora, y además, determinar el horario diurno para poder transitar, entre otros aspectos.
Es muy importante el servicio de guardabosques, y contra la inseguridad, que va en aumento, también se necesita la ubicación de un Centro de Atención Inmediata- CAI- de la policía a la entrada del sendero por el sector del barrio Altos del Jardín. Y esa ruta es para caminar, no para la circulación de motocrosistas irresponsables que ya se han observado atormentando con el ruido al vecindario y deteriorando los cauces de las quebradas.
Además, falta la limpieza periódica de las quebradas La Flora y Pan de Azúcar convertidas en basureros en varios sectores. Y repitámoslo: a proteger de las invasiones, vigilar y conservar los ecosistemas de los Cerros Orientales, el tesoro verde del Área metropolitana de Bucaramanga.