“Solo quedan diez años”. Es la contundente advertencia de Antonio Guterres, Secretario General de la ONU con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente. Se refiere a la última oportunidad para salvar al planeta Tierra nuestra única morada de la catástrofe climática, la extinción de las especies y la contaminación global que avanzan a ritmo de desastre. Súmese el crecimiento poblacional imparable especialmente en los paises pobres.
Y es oportuno además reiterar algunas de las recomendaciones expuestas recientemente por un grupo de reconocidos investigadores sobre estrategias y acciones a realizar en varios aspectos críticos del tema. Está el cambio urgente de las fuentes de energía basadas en carbón y petróleo, por las renovables como la hídrica y las no convencionales: eólica y solar principalmente.
Está la importancia del sistema financiero en la financiación de proyectos que sean ambientalmente sostenibles y desinvertir en los que no lo son. También en lograr motivar fuertemente a la ciudadania para que participe activamente- en la economía circular por ejemplo- separando en los hogares y empresas los elementos útiles para el reciclage como plásticos, metales, papel, cartón y vidrio, fundamentalmente.
También dar más información a los consumidores sobre los bienes y productos que utilizan, como los alimentos, y su huella ecológica o de carbono en su producción. Fundamental, la educación ambiental para sensibilizar a la gente especialmente de los jóvenes del mundo cada día más complejo para vivir.
Insistir, persistir y nunca desistir debe ser la consigna para trata de frenar la degradación planetaria que está llegando a situaciones irreversibles. Y también es una gran oportunidad para la generación de millones de empleos verdes en un contexto muy complejo en donde por la Cuarta Revolución Industrial -la Inteligencia Artificial (IA), la robótica, el internet de las cosas, etc,- con la automatización creciente, dejará a centenares de millones de personas sin trabajo como lo expone el historiador e investigador científico Yuval Noah Harari en su renombrado libro, 21 lecciones para el siglo XXI. Ya está ocurriendo en muchas partes, con sus graves consecuencias económicas y sociales, en un mundo lleno a reventar, superpoblado, con 7.890 millones de personas demandando recursos cada día más escasos. Poco espacio para el optimismo.