Lo deseable es que todos, durante estas festividades que apenas comienzan, sean responsables de sí mismos, de sus familiares y de todas las personas con las que compartan en sitios públicos, para que en un mes celebremos también haber pasado un diciembre amable, pacífico y seguro.
Hernán Clavijo Granados
¿Cuándo nos vamos a recuperar?
En tiempos de coronavirus, nos vemos embargados por la incertidumbre. ¿Qué pasará después del 27 de abril? ¿se alargará la cuarentena? ¿qué medidas adoptará el gobierno para compensar las pérdidas causadas por el aislamiento preventivo? ¿cuándo nos vamos a recuperar?
Todas son preguntas válidas, y es normal que exista preocupación cuando la gran mayoría de los sectores económicos se encuentran en suspensión temporal y a la espera de las nuevas reglas de juego para operar. Lo cierto, es que este problema hasta ahora empieza y, a menos que alguien desarrolle una vacuna en los próximos días, tendremos que convivir por varios meses con un enemigo invisible llamado COVID-19. Esto supone un reto cultural que, como colombianos, debemos enfrentar. La naturaleza nos ha puesto a prueba, no solo como países; nos ha puesto a prueba como ciudadanos.
Un buen ciudadano es aquel que comprende que sus derechos terminan donde comienzan los de los demás. Es aquel que cumple con sus deberes, que ayuda al necesitado, y que comprende que quien no hace parte de la solución, hace parte del problema. Nos enfrentamos a una crisis sin precedentes. Nos enfrentamos a una situación que nos obliga, como ciudadanos, a salir de nuestra zona de confort; a defender la humanidad del otro. Nos encontramos en un punto de no retorno en el que, si nos ponemos de acuerdo, podemos recuperar el tiempo perdido.
Sobre sus hombros, apreciado ciudadano, recae la responsabilidad de proteger a su familia, a su comunidad y a todos los demás ciudadanos. Estamos contando con su disciplina y su buen criterio para salir de la cuarentena, reconociendo que el mundo ha cambiado, que por unos meses debemos guardar distancia, que todo lo que tocamos puede estar contaminado y que, si no adoptamos medidas de autocuidado y de prevención, estamos poniendo en riesgo a todos los que nos rodean, comenzando por nuestros padres, nuestros hermanos y nuestros hijos.
Apreciado ciudadano, el poder está en sus manos. De su responsabilidad como ciudadano, depende nuestra supervivencia. Superada esta etapa, vendrá la recuperación de los sectores productivos.