Si hace unos años, en un mundo aún desconectado en altísima proporción, hablar un segundo idioma, en especial el inglés,...
El agua residual
Hace algunos días, aplaudían algunas celebridades políticas de las redes sociales la inclusión de la PTAR Rio de Oro en el Plan de Desarrollo. Este es un buen primer paso. Felicitaciones y gracias por haber tomado la iniciativa de presentarlo. Ahora si viene la parte seria: ¿cómo asegurar que no se quede en palabras?
La piedra angular de los grandes proyectos de infraestructura es el cierre financiero. Los proyectos de esta envergadura requieren de la participación de múltiples instituciones del orden nacional, departamental, municipal, de la empresa privada y de fuentes de financiación de la banca local internacional e incluso de organismos multilaterales. Es posible gestionar estos recursos ante las diferentes instituciones, pero hay algunas inquietudes que se deben resolver.
Desde la elaboración del Plan Integral de Saneamiento Ambiental de Bucaramanga y su Área Metropolitana (PISAB2) en 1996, se tenían identificados los 32 vertimientos que llegaban al Rio de Oro y la necesidad de ampliar la Planta de Rio Frio y construir una solución de tratamiento en el Norte de Bucaramanga (originalmente 2 PTAR llamadas La Marino y Café Madrid, posteriormente unificadas en la que hoy conocemos como la PTAR del Rio de Oro). En su momento, el valor estimado de estas obras era cercano a los 50.000 millones de pesos. Hoy, 25 años después, hay 21 vertimientos identificados, no hay PTAR y se estima que los costos de construirla ascenderán a cerca de 400.000 millones. Desde el 2016 el Plan de Obras e Inversiones Regulado del EMPAS incluye recursos para la construcción de la PTAR en la tarifa ¿Qué ha pasado con estos recursos?
Los recursos de la tarifa son sagrados, y deben ser invertidos correctamente. En el año 1975 los municipios de Bucaramanga, Floridablanca y Girón entregaron las redes para ser administradas y mantenidas por la CDMB y en el camino, con una jugada estratégica terminaron en manos del EMPAS. Bucaramanga tiene la difícil tarea de recurrir a la vía jurídica para lograr la restitución de estas redes. Es un proceso largo y muy complejo, pero existe un camino ampliamente estudiado por el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga. ¿Tomará el municipio cartas en el asunto? Floridablanca y Girón la tienen un poco más fácil; los convenios de estos dos municipios eran por un plazo de 50 años que se cumplen en el 2025. ¿Tendrán los alcaldes electos la voluntad para entregarle esta operación a una empresa que si cumpla con sus obligaciones? Apreciados ciudadanos: ojo con las elecciones regionales. No es posible que estemos condenados a 50 años más de daños ambientales y proyectos inconclusos.