Un coctel peligroso
Uno de los cocteles más letales del mundo es el Death in the afternoon (muerte en la tarde) denominado así en honor a su asiduo consumidor e inventor, el norteamericano premio Nobel de literatura Ernest Hemingway, autor del libro del mismo nombre en el que el también escritor de ‘El viejo y el mar’ se sumerge en el ritual y el esoterismo de las corridas de toros, la “fiesta brava”.
Este peligroso coctel preparado con absenta (ajenjo), en una copa de champán, es tan famoso como su inventor y tan letal que puede matar a una persona en el segundo trago.
Pero existen otras especies de cocteles no preparados ni servidos, iguales o más peligrosos que este. Verbigracia: La mixtura entre política y religión suele ser muy “explosiva” socialmente hablando, muestra de ello: el extremismo islámico.
Siempre se ha dicho que en donde abunda el oro corren ríos de sangre.
Lo escribo porque este podría ser el caso de Santurbán, si no logramos advertir el peligroso coctel de agua, oro y violencia que allí podría resultar y que estamos a tiempo de evitar.
La visita esta semana de una comisión gubernamental a la zona del proyecto minero en etapa de exploración reactivó el debate, que ya parece todo menos eso, entre los que defienden el agua y el páramo y los que piensan que se puede hacer minería preservando esos recursos naturales.
Abundaron allí posiciones intransigentes de uno y otro bando. Pero lo más grave fue la denuncia hecha acerca del presunto interés que tendría el Eln de aprovechar la coyuntura social y política para recuperar el corredor estratégico de Santurbán para su lucha armada.
De llegar a ser cierta dicha información, lo que se estaría preparando en Santurbán sería un coctel de insospechadas consecuencias más letal y peligroso que el de Hemingway, pues significaría el retorno de la violencia a la provincia de Soto Norte; todo porque no fuimos capaces de conciliar nuestros intereses, dialogando.
Ojalá que la muerte…
¡no sea en la tarde!