Si hoy tuviéramos que escoger un tema de la agenda pública en el cual los alcaldes del área metropolitana se rajan, ese sería el de la seguridad.
El sicariato, las muertes violentas, las riñas, las lesiones personales, el hurto a personas en sus diversas modalidades en especial el atraco y el raponazo siguen creciendo... ¡y los alcaldes frescos!
Lo más curioso de todo esto es que por ejemplo en el caso de los homicidios, unas son las cifras que entrega el comando de la policía metropolitana de Bucaramanga que es responsable de los indicadores en toda el área y otras muy diferentes las del instituto nacional de medicina legal que es a donde obligatoriamente llegan todos los asesinados.
Alcaldes, gobernador y policía se amangualan para presentar un área metropolitana pacífica que no existe en la realidad sino en las estadísticas que ellos maquillan.
Mención escalandosa merecen la alcaldía de Floridablanca en donde los homicidios este año se incrementaron un 107% y la de Bucaramanga en donde a pesar de que su alcalde celebró hace poco una supuesta disminución de los asesinatos del 8%, las cifras de medicina legal dicen que en 2020 llevamos los mismos muertos que el año pasado, 105. Piedecuesta no se queda atrás, incrementó sus muertes con respecto al año pasado en 71,5%.
Para manipular las cifras apelan a una metodología estadística anti-técnica comparando meses cuando lo apropiado es comparar periodos de tiempo más largos.
Contrastadas las cifras de medicina legal que son las más rigurosas, técnicas y acumulativas, con las de la policía, esta última presenta cifras muy por debajo de aquellas, pese a que cada ocho días realizan un comité técnico con medicina legal y fiscalía en donde se supone acuerdan cifras similares.
Como si fuera poco Bucaramanga Como Vamos midió la percepción de seguridad en la ciudad y solo el 18% de los ciudadanos manifestaron sentirse seguros.
¿Si eso es en seguridad, en qué queda el discurso de Bucaramanga ciudad inteligente, ciudad de oportunidades?
Las cifras no les cuadran, entonces... ¿Para qué zapatos sino hay casa?...
