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Isaí Fuentes Galván
Martes 09 de julio de 2019 - 12:00 PM

El conejo

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En estos tiempos de “outsiders” de la política, que traducido a castizo se me antoja significa “oportunistas” de la política, la ciudadanía debe ser prudente para discernir y no tragar entero los cantos de sirena con los que últimamente le han atraído y engañado en épocas electorales.

Atrás quedaron los rústicos ofrecimientos de tejas, cemento y tamal. Las nuevas promesas son ahora más sofisticadas, atienden al principio de decirle a la gente lo que quiere escuchar, echarle limón a la herida, a sabiendas que puede resultar peor el remedio que la enfermedad. La “lucha contra la corrupción”, canchas sintéticas, casitas en el aire, y exacerbar en la ciudadanía el miedo porque vuelvan al poder “los mismos con las mismas” sin confesar que formaron parte de eso que ellos ahora llaman “los mismos”.

Lo escribo, porque es evidente que estos “aparecidos” en la política bumanguesa no solo han aprendido a camuflarse tras de movimientos significativos de ciudadanos, causas sociales y altruistas que saben convertir en populistas, discursos atractivos que seducen a los cándidos y bien intencionados electores para engañarles haciéndoles elegir propuestas etéreas, superficiales, sin ningún contenido ni coherencia ideológica, cualidad esta última que en tiempos de una política tan “dinámica” pareciera ser el mejor rasero para discernir entre lo real y lo ficticio, lo auténtico y lo fingido.

Un ejemplo de esos etéreos “outsiders” es el conejo que Rodolfo Hernández nos sacó de un sombrero para hacerle creer a Bucaramanga que es lo que más le conviene, con el falso argumento de que si no lo elegimos alcalde volverán “los mismos con las mismas”, me refiero al “gato de porcelana”, a “Largo”, al insulso, inexperto, hueco y vacío Juan Carlos Cárdenas, su candidato.

Un candidato prefabricado con cemento de CEMEX, que un día busca congraciarse con el expresidente Uribe en un hotel de la ciudad y al otro pide a sus padrinos que lo ayuden a atraer a la izquierda de Petro no es ni chicha ni limonada, es solo un conejo de cemento sacado de un sombrero por su mentor. Un oportunista.

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