El doctor peligro se alimenta del miedo y el odio. Se hizo elegir y reelegir confundiendo a la nación, dividiéndola, polarizándola, separó familias enteras, enemistó a antiguos amigos. Su política es malvada: sembrar miedo y odio, dividir, ganar elecciones, apoderarse de todo el estado, perseguir y reprimir opositores.
Con esa estrategia fue, y nos puso dos veces presidente. Aspira a hacerlo de nuevo.
En su primera elección prometió acabar con la guerrilla, no lo logró, pero convenció a la mayoría del país que pensar en modelos políticos y económicos distintos al suyo es ser de izquierda, y que eso, es lo mismo que ser guerrillero, que todo lo que no piense como él es una “molécula subversiva”, una amenaza.
Luego, pidió otro periodo porque el primero no le alcanzó para acabar con “la amenaza socialista”. Intentó el tercero pero la corte constitucional lo detuvo.
Finalmente nos puso a su títere inepto y servil con el cuento de que la “amenaza narco terrorista” seguía allí y nos convertiríamos en otra Venezuela. Hoy vemos las consecuencias.
Lleva veinte años gobernando a Colombia por sí y por interpuesta persona so pretexto de librarnos del “peligro socialista”, cuando el verdadero peligro es él mismo que se aferró al poder y no lo quiere soltar.
No cerró el congreso, lo corrompió con sobornos. Desprecia a la rama judicial, la enfrenta y calumnia cada vez que lo investigan. Juez que se atreva, debe ser amigo del “narcoterrorismo”.
Desde presidencia copó las altas cortes con magistrados serviles a él. Lo mismo hizo con la fiscalía, la contraloría, la defensoría, la registraduría y ahora con la procuraduría que acaba de archivar 10.000 procesos de sus amigos, al tiempo que promueve unos nuevos contra sus opositores.
Nadie, ninguna institución controla hoy su poder omnímodo.
Sus zalameros le siguen diciendo presidente, “refundador de la patria”, le comparan con Jesucristo, con Bolívar, le rinden culto.
Sus colaboradores fueron todos condenados por crímenes que le beneficiaron, pero él sigue intacto.
“Perseguidos políticos” de la “amenaza socialista” –dice él- .
Parientes de narcotraficantes, amigos y financiadores, forman parte de su gobierno, otros contratan con el Estado.
Durante su reinado de veinte años, la corrupción, el narcotráfico, la inequidad, el nepotismo, la represión y la violencia se empoderaron en Colombia.
Veinte años llevamos bajo su influjo maléfico y quiere seguir. Hay que detenerlo.