Nuestros deportistas merecen un aplauso cerrado por su presentación en los Juegos Nacionales y todos los torneos a los que asisten, porque logran vencer a sus rivales en las pistas de competición, y también la irresponsabilidad e incompetencia de nuestra dirigencia.
Después de lo que pasó en Venezuela en su proceso electoral, queda muy claro qué tipo de personas está gobernando y cómo el poder enceguece, enferma y hace que el que lo tiene no lo quiera soltar nunca. Personas conocidas y cercanas me han contado situaciones humillantes e inhumanas que se viven a diario, como también lo medios de comunicación nos han ilustrado sobre la realidad de nuestros hermanos venezolanos. No hay productos básicos de la canasta familiar. Si se quiere mercar, hay que ir a cuatro supermercados para medio abastecerse. Hay días y horas específicas de la semana donde les dicen que no van a tener energía eléctrica; lo mismo pasa con el agua. No hay ni papel higiénico, la carne es un milagro, no hay queso, etc. Los que apoyan el régimen dicen que todo está bien, que la educación y la salud la tiene el 100 % de la población, cosa que acá en Colombia nunca ha pasado. Pero son simples cortinas de humo a una crisis que ya tocó fondo. La realidad es que la inflación y la devaluación del bolívar ya pasó todos los récords históricos, y este nuevo Presidente no habló de nada para solucionar algo de lo terrible que está pasando. No hubo propuestas, ni ideas, solo frases infantiles: “Chávez se me presentó en un pajarito” o “Yo soy el hijo de Chávez”. Las cuentas de Capriles lo daban ganador por más de 500 mil votos hasta las 6 p.m. De ahí a las 11 p.m. se restringe la información, se guarda un silencio inaudito en un conteo y a las 11 aparecen diciendo que Maduro gana por algo más de 200 mil votos y que es irreversible. Se le olvida al CNE que los votos quedan en custodia y que se puede pedir un reconteo. Dice que no van a recontar. ¿Eso es democracia? Ahora las marchas pacíficas las infiltran y arman desórdenes y culpan a Capriles. Una cortina de humo más.
Saquen sus propias conclusiones.