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Jaime Calderón Herrera
Lunes 18 de febrero de 2019 - 12:00 PM

A menos dientes, más demencia

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Cada día conocemos más acerca de los microbios (bacterias, virus, hongos) que viven dentro de nosotros y que se relacionan con nuestra salud pero que también en ocasiones, son responsables de nuestra enfermedad. Desde hace varios lustros se llevan a cabo investigaciones serias sobre ello, tales como el MetaGUT Project en China, el Human Gastric Microbiome en Singapore, el Human MetaGenome en Japón, el Canadian Microbiome Iniative y el US Human Microbiome Project.

Solo en nuestro intestino encontramos bacterias con cien veces más genes que los nuestros. Sabemos que tenemos diez trillones de células en nuestro cuerpo, pero albergamos cien trillones de microbios. También es conocida la correlación entre microbiomas y enfermedades. Tales son los casos de microbioma intestinal con obesidad, cáncer de colon, enfermedades metabólicas, resistencia a los antibióticos, respuesta a muchos medicamentos, y enfermedades del corazón. El microbioma de las vías respiratorias con el asma. Microbioma con diabetes y alergias, es algo que ya no se discute.

Recientemente se ha publicado una investigación que da cuenta de una relación entre una bacteria, la porphiromonas gingivalis, responsable de la gingivitis, con el desarrollo del tipo de demencia conocida como Alzheimer, de la cual se conoce hasta hoy como una condición en la cual hay acumulación de dos tipos de proteínas en el cerebro y denominadas tau y amiloide. La boca hospeda una comunidad estable de bacterias, y cuando se forman placas en el borde de las encías, éstas se inflaman y la p. gingivalis libera toxinas, contribuyendo a la caída de los dientes y logrando pasar a la corriente sanguínea afecta otros órganos, como el cerebro, donde por controlar la infección el proceso mata neuronas o dispara la acumulación de amiloide o daña la proteína relacionada con el gen asociado a la demencia.

Como toda enfermedad, la demencia es pluricausal, por lo tanto no podemos tener aún una conclusión definitiva sobre el papel de esta bacteria en el Alzheimer, pero por ahora, lo que no está en discusión es el beneficio del buen cepillado de dientes y de una adecuada seda dental. Y recuerde que un beso es el compartir del microbioma bucal.

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