martes 21 de febrero de 2023 - 12:00 AM

Aguas corruptas

No logro entender que una nación, como lo es la gran nación americana, es decir, la Unión de Estados de América, haya permitido que su gran rio, El Colorado, ya no llegue al mar. El aprecio por el agua, para usarla con propósitos de generación eléctrica, para riego en la agroindustria, para alimentar ganaderías y por último para consumo humano, contrasta con el desprecio por los ríos y sus cuencas, contaminándolas con residuos químicos y basuras o canalizándolas con cemento, alterando su vida y la vida que habita en ellos.

Colombia que es considerada una potencia hídrica, ha convertido sus ríos en cloacas donde se extinguen especies, contribuyendo a la destrucción de ecosistemas y afectando en materia grave todas las actividades económicas.

Desde el inicio de nuestra civilización nos hemos asentado en sus orillas. El paraíso que para algunos existió entre los ríos Tigris y Éufrates, albergó a la humanidad primitiva haciéndola posible. Tanto entonces como hoy, dependemos del agua. Esto, que nadie discute, está en el inconsciente colectivo, pero no en su consciente, y de manera absurda y estúpida le damos paso a la explotación no sostenible de los ríos, y peor aún, a su contaminación sin escrúpulo alguno. Este pecado no solo es fruto de nuestro subdesarrollo. De manera reciente Gran Bretaña inició una campaña denominada” Save Britain´s Rivers” pues desde el 2019 un estudio mostró que ningún rio del Reino Unido es “bueno”.

En Colombia pasa igual. Ningún rio está libre de la mano perversa del hombre, no obstante que dependemos del agua que nace en las montañas brotando desde sus entrañas y viajando de manera sinuosa para dar vida en tierra firme antes de entregarse a los mares. Pues bien, si el agua que llega a los océanos está contaminada, pues sus aguas se corromperán.

Por fortuna, los jóvenes han adquirido consciencia ambiental, gozan del senderismo, se admiran de páramos y cascadas, disfrutan de la contemplación de bosques, biodiversidad y agua. Ahora la tarea es completar las políticas públicas y que la sociedad aporte los recursos y el buen comportamiento humano.

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Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia Liberal no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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