Publicidad

Jaime Calderón Herrera
Lunes 02 de mayo de 2022 - 12:00 PM

El cambio es un imperativo ético

Compartir
Imprimir
Comentarios

Nada permanece. El cambio es la constante universal. Incluso cuando el cambio implica algún grado de regreso, termina siendo cualitativamente mejor. La naturaleza cambia permanentemente. Nuestra esencia de ácidos nucleicos se modifica interactuando con el entorno. En ocasiones el resultado sugiere una imitación de mala calidad (taras), pero en otras, la transformación puede calificarse de avance. Un cambio, es producir carne o leche sin necesidad de tener vacas, pues la ingeniería genética hace posible introducir el gen respectivo en un organismo vivo, como pudiera ser una bacteria, y obtener en un proceso de fermentación, el producto proteico buscado, con las mismas características de texturas, olor y sabor, sin perder las propiedades alimenticias.

Otra cosa es la imitación de lo natural como ya se viene haciendo por décadas, mezclando moléculas mediante ingeniería química para imitar sabores y olores, como es el caso de la esencia de vainilla, cuya versión sintética vale quince veces menos que la especia natural. De manera similar sucede con los endulzantes sintéticos y la limonada preparada mezclando agua carbonatada con ácido cítrico y un edulcorante.

Me sorprendió conocer que se viene experimentando en la elaboración de “vino” sintético. Esta bebida milenaria que depende de la tierra con sus minerales donde se cultive, de la altura sobre el mar donde se localice, del proceso riguroso de fermentación que convierte el jugo de la fruta en etanol gracias a la levadura, y de que en su maduración logre un producto, que dependiendo de la cosecha, sea uno mejor que otro, me sorprende, repito, que sea posible combinar el etanol con compuestos químico que asemejan sabores afrutados y producir un líquido que intenta imitar una Dom. Champán Pérignon, por supuesto mucho más barata.

La producción de leche y carne sintéticas es una necesidad dentro de las múltiples variantes adaptativas para sobrevivir al cambio climático. Por el contrario, el “vino” sintético me parece una afrenta cultural de lesa humanidad. El cambio es un imperativo ético, la imitación en general es de mal sabor y menor calidad.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad