Sin duda, uno de los elementos que aumentan la sensación de inseguridad de las personas, es la existencia de lugares específicos...
Regresar al pasado
En el año 49 del siglo pasado, la violencia política, muy parecida a lo que estamos viviendo, destruía el país. Uno de los departamentos más afectados fue Santander y en especial García Rovira. La gente se encerraba a las 5 de la tarde debido a las amenazas, bombas, saqueos, violaciones, disparos por la espalda, secuestros, mutilaciones, invasión de fincas, robo de ganado, destrucción de cultivos, incendios de casas y fincas producidos por toros y vacas con los cuernos incendiados, produciendo terror. No olvidemos las mujeres y niños asesinadas quemados en Enciso. Con la historia se miente y olvida. Autoridad no existía pues Samuelito el “incendiario” y sus secuaces, eran los “comandantes” de la policía que dependía de lo llamado hoy, Ministerio del interior. Los directores de la policía eran el gobernador, alcalde o secretario de turno. Cualquiera ingresaba a la policía como sucedía con los campesinos de Pangote.
El 9 de abril este cuerpo policial dirigido por Samuelito y el gobernador de Boyacá, el dr José María, fue enviado a Bogotá “ teóricamente” a proteger la ciudad. Parece hicieron lo contrario, dedicándose a destruir, incendiar y vandalizar la capital siendo enviados de regreso a García Rovira la tarde siguiente. La “omisión de la verdad” del 9 de abril, borró la participación de este grupo en los sucesos ocurridos e incluso refieren que escondieron la identidad del posible verdadero asesino de Jorge Eliecer Gaitán, diferente a Juan Roa.
Se imaginan si la policía pasa al Ministerio del interior y vuelve a ser dirigida por uno que otro senador, alcalde o gobernador cuya ética deja bastante que desear, que podría suceder? No olvidemos la cantidad de tierras que fueron invadidas y robadas en Málaga y Enciso con la complicidad de la policía de Pangote a órdenes de Samuelito y cómplices: “el arsenal” de Horacio y Raúl Espinel Wilches; “la Insula” de los Otero Goyeneche; “las palmeras” de la familia Blanco y los asesinatos de los jueces Sepúlveda Lozano y Duarte Guarin, por investigar estos hechos delictivos. No olvidemos la historia; no regresemos al pasado; no estos cambios.